Los atentados que ayer sacudieron el corazón de Europa dejaron no solo más de 30 víctimas mortales, sino decenas, centenares de historias de "podría haber sido yo". Personas que por cuestión de minutos o metros, escaparon del ataque.

Alba Rico y Javier Enríquez

Estos estudiantes valencianos habían viajado a Bruselas a visitar a una amiga belga que conocieron el año pasado estando de Erasmus. Su vuelo salía hacia Valencia a las 8.55 horas. Llegaron al aeropuerto sobre las 7.30 horas. "Pasamos el chek-in, el 'duty free', y llegamos a la zona de las puertas de embarque con total normalidad", narra la joven. En diez minutos, todo cambió. "La gente empezó a correr. Los que venían de la otra parte gritaban: '¡Es el Daesh, es una bomba!", cuenta, todavía presa de los nervios.

"Nos sacaron por las puertas de embarque a las pistas de aterrizaje. Nos tuvieron allí como una hora. Nosotros solo pensábamos en salir de aquello. Casi a la una conseguimos un taxi, tras andar un buen rato", relata Javier. "Ahora estamos mirando de volver en tren o autobús. Me pongo mala de pensar en aeropuertos", añade, afectada, Alba.

El español Jorge Cologán, natural de Tenerife, estaba en el vagón de al lado del que ha explotado por una bomba este martes en Bruselas, donde se han registrado dos ataques terrorista. "Salí como pude", ha declarado este lagunero de 32 años.

Todo ocurrió sobre las nueve y media de la mañana, hora belga. Pese a la explosión, Cologan consiguió llegar a su puesto de trabajo, donde ha pasado la mañana esperando a que las autoridades les informen de qué deben hacer. "De momento no podemos abandonar el edificio", declara.

A la alicantina Marina Barranco Van Houtte aún le tiemblan las piernas cuando piensa que la explosión en el metro de Bruselas ha tenido lugar en la línea 1, la que ella toma cada día para ir al trabajo, y a siete paradas de su casa. "Cualquier retraso o contratiempo y quién sabe qué hubiera pasado", se consuela.

Por su parte, otro español, el asturiano Ángel Rodríguez, llegó el lunes a Bruselas para asistir a la fiesta de cumpleaños de un amigo. Tenía que haber regresado este lunes a Asturias, pero la huelga de controladores franceses provocó que le cancelasen el vuelo. A las ocho de la mañana acompañaba a su amigo a llevar a sus hijas a la guardería. "Íbamos en coche y empezamos a ver ambulancias, bomberos, al ejército y al poco vimos a mucha gente que salía corriendo del metro. "La situación es muy tensa y el ejército está por todas partes", narra Rodríguez.

En un primer momento, al ver las ambulancias, pensaron que se dirigían al aeropuerto para reforzar la seguridad pero cuando vieron a la policía y al ejército ya pensaron inmediatamente en un atentado. "Estamos en casa un poco asustados", reconoce el ovetense que no sabe cómo podrá regresar a Asturias. "Han suspendido los vuelos, los trenes y parece que todo va a estar cerrado durante 72 horas así que nos planteamos irnos todos en coche".

Una eurodiputada asturiana y un publicista gallego lo vivieron de camino al Parlamento

"Intentamos mantener la calma y estar tranquilos". Decía Tania González, eurodiputada avilesina de Podemos que se encontraba este martes en el interior del Parlamento Europeo sin poder moverse.

En el Parlamento Europeo los eurodiputados de Podemos tenían programada una visita de las plataformas por la sanidad pública de Asturias y Galicia. La huelga de controladores aéreos en Francia impidió viajar a los asturianos. Los gallegos llegaron a Bruselas con 10 horas de retraso, esta mañana a primera hora. La delegación gallega salió del metro de Maalbeek minutos antes de que explotase la bomba.

La eurodiputada Tania González y el publicista gallego Diego Lago.

"La situación es muy tensa", señaló Tania González, que apuntó que "el metro, los colegios, todo está cerrado y no se debe salir a la calle". La avilesina llegó a Bruselas el domingo y esperaba regresar este martes a Asturias para pasar las vacaciones. No se esperaba un atentado de estas dimensiones. "Quizás en los días posteriores a los atentados de París hubo más intranquilidad y siempre piensas que las instituciones europeas pueden ser un objetivo pero no te esperas una cosa así". Ahora reconoce "un poco de miedo e intranquilidad" especialmente porque "al haber sido focos diferentes no se sabe si podría haber más" pero cogía en las fuerzas de seguridad.

"La primera impresión fue de sorpresa"

Lo que parecía ser una mañana de trabajo rutinario se transformó en una pesadilla. El redondelano Diego Lago vive desde hace unas semanas en Bruselas y trabaja en el Parlamento Europeo. Precisamente antes de ir a trabajar se enteró de las primeras explosiones en el aeropuerto. "Estaba desayunando mientras me enteré de lo ocurrido en el aeropuerto; la primera impresión fue de sorpresa, pero no creía que fuese grave por la seguridad que hay en toda la ciudad desde los atentados de París", comenta.

Entonces, decidió ir al trabajo "como siempre, al Parlamento". "Justo aquí me encuentro con que ha habido una explosión a dos calles de mi trabajo, me puse muy nervioso, estoy un poco en shock", confirma. "Ahora nos recomiendan no salir, hay militares en la puerta", matiza. Además, indica que en un primer momento le resultó muy complicado confirmar a su familia que se encontraba bien.

Desde hace varias semanas, el joven de Redondela realiza un 'Stage' en el Parlamento Europeo, en la Dirección de Comunicación. "Solo escucho sirenas fuera, estamos aquí metidos y la gente está bastante nerviosa, evidentemente afecta mucho al trabajo", lamenta. Ahora, solo espera poder salir del Parlamento para regresar a casa, donde está su novia, también gallega, que trabaja en la ciudad como enfermera. "En cuanto salga de aquí, pasaremos el día en casa", asegura.

Otros eurodiputados españoles también han narrado en Twitter sus reacciones:

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