Una exempleada del Instituto Nóos ha explicado, en el juicio que se celebra en Palma por un presunto desvío de 6,2 millones de euros a través de la entidad, que trabajó durante cinco o seis años en la asociación si bien ha aseverado que durante ese tiempo no coincidió "con nadie" y que las mesas "estaban vacías".

Así lo ha manifestado a preguntas del fiscal anticorrupción Pedro Horrach, quien junto al resto de partes continúa interrogando a diversos extrabajadores del Instituto y de otras mercantiles vinculadas, de las que, según las acusaciones, se sirvieron Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres para hacerse con los fondos de las Administraciones.

La testigo ha recordado que llevó a cabo labores administrativas y encuestas "sobre ciclismo y juguetes", y que durante el tiempo en que permaneció en la entidad no oyó hablar de ningún Summit, los eventos por cuya organización Nóos percibió los fondos públicos. Asimismo, ha manifestado que únicamente recuerda a Torres y al excontable de la entidad Marco Antonio Tejeiro.

La extrabajadora ha señalado finalmente, inquirida por el fiscal, que no tenía correo electrónico dentro de la empresa. Una respuesta que han llevado a Horrach y a la abogada del sindicato Manos Limpias, Virginia López Negrete, a preguntarle "si trabajó realmente para Nóos".

Tras ella ha prestado declaración su madre, quien ha sido más tajante al recordar que, pese a estar dada de alta en el Instituto, "nunca" trabajó para la entidad. Según ha manifestado, fue su hija quien le llevó el contrato y no cobró por estar dada de alta.

Tal y como sostienen las acusaciones, tanto Urdangarin como Torres fingieron la contratación de empleados en la entidad y en otras empresas de su entramado, entre ellas Aizoon -de cuya mitad es propietaria la Infanta Cristina-, en aras a simular la actividad de estas entidades así como justificar y "ennegrecer" los ingresos que obtenía que de forma irregular obtuvieron de las instituciones.