El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, afronta este martes su primer debate de investidura con el único apoyo confirmado de Ciudadanos y sin haber conseguido sumar a las fuerzas de izquierda a su propuesta. Este escenario impedirá previsiblemente al líder socialista acercarse a su objetivo de conseguir la mayoría parlamentaria que le permita ser el sustituto de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Y es que los 90 diputados conseguidos por el PSOE en las elecciones del 20D, sumados a los 40 con los que cuenta la formación liderada por Albert Rivera, dejan a Pedro Sánchez muy lejos de garantizarse la investidura.

Para lograr este objetivo, en la votación que se desarrollará en el Congreso este martes el líder del PSOE debería ser capaz de reunir al menos 176 votos positivos, la mitad más uno de los 350 escaños de la Cámara. Tras escuchar las declaraciones de estas últimas horas de los líderes políticos, este resultado se da por imposible, por lo que el escenario más factible es que sea este viernes cuando se decida el futuro de Pedro Sánchez. En esta segunda votación, el candidato socialista a la Moncloa necesitaría una mayoría simple para lograr la investidura, es decir lograr más votos a favor que en contra.

A día de hoy, Sánchez tampoco cuenta con suficientes apoyos del resto de fuerzas para salir airoso de esta segunda votación, aunque en el PSOE confían que de aquí al viernes algunos grupos puedan cambiar el sentido de sus votos. Dado el complejo tablero político que dejaron los comicios del pasado 20 de diciembre, los socialistas necesitan la 'complicidad' de otras formaciones políticas para que este viernes Sánchez pueda resultar investido.

De entre la amalgama de acuerdos que requiere el líder socialista para sacar adelante su investidura, gran parte de sus aspiraciones pasan por Podemos. Los encargados de las negociaciones en el PSOE trabajan para lograr que el partido de Pablo Iglesias opte finalmente por una abstención. Podemos ha reiterado por activa y por pasiva que no contempla un acuerdo con el PSOE y C's, por lo que conseguir su voto positivo y articular esta mayoría parlamentaria que les permitiría sumar 195 diputados se vislumbra en estos momentos como un escenario difícilmente probable, sobre todo por el antagonismo que presentan los programas de la formación morada y de C's en materia económica y territorial.

En cualquier caso, aunque Podemos optara finalmente por abstenerse este viernes, la posible investidura de Sánchez seguiría estando en una posición delicada, ya que los 130 votos a favor que recibiría suponen un margen muy ajustado respecto a los previsibles 123 votos en contra que emitirán los diputados del Partido Popular. En caso de que el PP optara por la abstención, entonces Sánchez sí se garantizaría la investidura en segunda votación, con independencia de la posición que adoptara Podemos. La formación liderada por Rajoy, sin embargo, también ha insistido que su voto será contrario a la investidura de Sánchez.

Ante este panorama, y con una mínima diferencia entre los votos positivos y negativos -130 frente a 123-, cada apoyo se vislumbra como fundamental en la votación del viernes para las aspiraciones de Pedro Sánchez, que es consciente que cualquier voto en contra puede dar al traste con sus aspiraciones. Por ello, desde la dirección socialista se trabaja a contrarreloj para lograr también el voto afirmativo o como mínimo no negativo del resto de formaciones políticas, con el único veto a los independentistas catalanes y a EH Bildu.

Con el apoyo ya garantizado del único diputado de Coalición Canaria, el PSOE pretende lograr también la abstención de los representantes de IU y Compromís y trabaja con un posible voto afirmativo por parte de los 6 diputados del PNV. Esta posibilidad, en cualquier caso, seguiría dejando el futuro de Sánchez en al aire, ya que un eventual voto negativo por parte de los independentistas catalanes de ERC (9 escaños) y de Democracia i Llibertat (8) impediría a Sánchez formalizar su investidura.