Diego Torres ha negado hoy ante el tribunal del caso Nóos que le juzga en Palma haber creado el Instituto Nóos con Iñaki Urdangarin por su vínculo con la Casa Real y haber incluido a la infanta Cristina como vocal de su junta directiva como gancho para obtener contratos. "De ninguna manera", ha asegurado. El juicio continúa este viernes con la declaración de Torres.

En la tercera jornada de un minucioso interrogatorio que supera las 22 horas, Torres ha asegurado que el papel de la infanta en Nóos era de mero vocal sin participación activa, a diferencia del que jugó Carlos García Revenga como tesorero de la entidad y supervisor en nombre de la Casa Real.

Al secretario de las infantas le consultaban, participaba en reuniones y colaboraba en la redacción de documentos. "Iba analizando todo lo que hacíamos para asegurarse que nunca pudiéramos estar realizando algo que no fuese correcto y que pudiera redundar de forma negativa en la imagen de la Casa Real", ha detallado.

Sobre Urdangarin ha defendido que la razón de su asociación profesional fue la voluntad de sumar su propia experiencia en consultoría estratégica con la del entonces duque de Palma como deportista.

Por encima de su relación con la Casa Real, Torres ha destacado de Urdangarin que fuera miembro de la asamblea general del Comité Olímpico Español (COE). "No fue la lista de contactos de don Iñaki en absoluto lo que me motivó a esa asociación", ha añadido.

"Claro que hay mucha gente que te viene a ver, mucha gente quiere conocerlo y quiere aproximarse pero el trabajo profesional es otra historia", ha dicho Torres, que ha defendido "la bondad" de la labor que llevaron a cabo.

A los 800 documentos por los que le ha preguntado la abogada que representa al Govern balear, que pagó 2,2 millones de euros al Instituto Nóos, Torres ha recalcado que "son facturas todas verdaderas, relacionadas con servicios".

El acusado, que se enfrenta a peticiones de condena de entre 11 y 22,5 años de cárcel, ha recordado de nuevo que la supervisión por parte de la Casa Real la ejerció también el abogado del rey Juan Carlos, José Manuel Romero, conde de Fontao, que fue quien recomendó que Urdangarin se desvinculara de Nóos en 2006.

Lo que indicó fue que no debía figurar como administrador para evitar la presión mediática, pero no porque detectara ninguna incorrección en lo que hacían.

"El señor Romero revisa, lo ve y dice 'chicos habéis hecho las cosas correctamente', pero no se puede ir contra el mundo y si esto no se admite, pues no se admite", ha puntualizado respecto a la salida de Urdangarin de Nóos.

Ante las preguntas insistentes de la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, sobre hasta qué punto la infanta Cristina estaba informada de lo que ocurría, Torres se ha negado por primera vez a seguir contestando.

"No le voy a contestar en este momento sobre esas cosas", ha dicho el acusado antes de anunciar que no aceptaría más preguntas de Manos Limpias, la única que acusa a la infanta. "¿Ha hecho usted algún pacto?", le ha preguntado entonces la abogada, algo que Torres ha negado tajantemente.

A preguntas de la abogada Virginia López Negrete que representa a Manos Limpias, acusación popular, Torres ha explicado que conoció a Urdangarin en 2002, cuando su empresa Virtual Strategies realizó un proyecto de consultoría para Octagon, donde el entonces duque de Palma era director de planificación de desarrollo.

"La verdad es que la idea de unirme a don Iñaki ni siquiera fue mía", ha dicho Torres. Ha detallado que fue de su compañero en el proyecto, Marcel Planelles, quien le hizo darse cuenta de la existencia de una "oportunidad de mercado" en el ámbito de la asesoría a empresas en estrategias de patrocinio, a la que se podría dedicar aportando él sus conocimientos en consultoría estratégica y Urdangarin sobre deporte.

La infanta tensa el gesto cuando preguntan sobre su padre

La infanta Cristina seguía tranquila la undécima sesión del juicio del caso Nóos hasta que una alusión directa a su padre, el Rey Juan Carlos, ha provocado que reaccionara con evidente tensión arqueando las cejas y removiéndose en su asiento.

Esa tensión, a duras penas contenida, la ha ocasionado la letrada Virginia López Negrete, representante de Manos Limpias, única parte que acusa a doña Cristina, al preguntar a Diego Torres: "¿Iba en representación de su majestad el Rey?", en alusión a las reuniones de responsables de Nóos con el abogado del antiguo monarca, José Manuel Romero.

La infanta, que ocupa una esquina del grupo de sillas de los acusados situada justo en frente del espacio para periodistas, se sabía observada, pero ha dejado traslucir su desagrado con gestos leves aunque evidentes.

La referencia a don Juan Carlos ha dado pie a un cruce de intervenciones respecto a la pertinencia de la pregunta y sobre las contradicciones entre lo que declaró en la fase de instrucción y lo que ha dicho hoy el socio de Urdangarin, discusión en la que lo delicado de la alusión ha contagiado a la presidenta del tribunal, Samantha Romero, que ha evitado nombrar al referido de manera directa y le ha llamado "una tercera persona".

Mientras se resolvía este debate y continuaba el interrogatorio de Manos Limpias a Torres, que ha terminado de manera drástica al negarse el acusado a responder preguntas que hicieran referencia a la Casa Real, la infanta permanecía cruzada de brazos, en un aparente esfuerzo por velar sus sentimientos.

La letrada de la acusación, que solicita para doña Cristina 8 años de prisión por presunta colaboración en dos delitos fiscales, ha continuado en vano su interrogatorio para dejar constancia de sus preguntas, ante lo que la hermana del Rey Felipe, aludida en todas directamente o por vía familiar, dudaba entre mirar a ninguna parte y clavar la vista en la abogada.