El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, comienza hoy a negociar un posible acuerdo de gobierno, aunque su capacidad de maniobra está supeditada a diversas condiciones que se ha impuesto y a otras que le han marcado los barones del partido.

Estos son los requisitos que Sánchez pretende cumplir en su camino para llegar a la Moncloa:

Gobierno progresista y reformista

La meta de Sánchez es formar un gobierno "progresista, reformista y transversal", en el que tendrían un papel protagonista Podemos y Ciudadanos, al considerar que a los tres "les une el cambio".

El líder del PSOE apostó en un inicio por una alianza "a la portuguesa", es decir, solo con partidos de izquierda, pero tras la investidura en Cataluña, asumió que no podría contar con formaciones como ERC.

Ejecutivo monocolor o en coalición

Pese a tener solo 90 diputados, Sánchez se inclina por que el PSOE lidere un gobierno monocolor con apoyos externos que le den estabilidad o en los que buscar complicidad para aprobar determinadas leyes.

No obstante, el secretario general no ha descartado por ahora la opción de gobernar en coalición, bien con Podemos o con Ciudadanos.

Programa y no sillones

"El cambio no es de personas, sino de políticas, por eso no vamos a hablar de sillones", ha defendido Sánchez ante la oferta de Podemos de repartirse las carteras el Gobierno.

En su opinión, lo sustancial es el para qué y no con quién entablar la alianza, por lo que la base de cualquier negociación tiene que ser el "programa, programa y programa", y en último término, se abordaría la composición del ejecutivo.

Ocho grandes reformas

Sánchez ha fijado ocho grandes propuestas sobre las que abordar la negociación. Algunas de ellas implican derogar varias de las principales medidas del Gobierno de Mariano Rajoy, como la reforma laboral o la ley de educación.

También propone establecer un ingreso mínimo vital, regenerar la vida institucional y política para luchar contra la corrupción y poner en marcha los debates para la reforma constitucional con el fin de buscar soluciones a la crisis de convivencia en Cataluña.

Hablar con todos

Los socialistas han insistido en que van a hablar a "izquierda y derecha" y con todos los partidos, incluyendo los independentistas, aunque con ellos no vayan a gobernar.

Sánchez empezará dialogando con Ciudadanos y Podemos, así como sus confluencias territoriales, con IU y con Coalición Canaria.

Otro interlocutor será el PNV, aunque ven con recelo las condiciones que le puedan imponer los nacionalistas vascos.

Un mes para intentarlo

Sánchez se ha dado de plazo alrededor de un mes para intentar que prospere su investidura y para ello se implicará personalmente en las conversaciones "desde el primer minuto".

Recogiendo el guante lanzado por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, Sánchez está dispuesto a que las negociaciones se lleven a cabo con "luz y taquígrafos" para que los ciudadanos conozcan con total transparencia qué se negocia y qué se acuerda.

Sin cordones sanitarios

Pese al distanciamiento con Rajoy por rechazar su investidura por activa por pasiva, Sánchez quiere hablar con él porque es consciente de que las grandes reformas que llevaría a cabo si fuera presidente requieren del concurso del PP.

"No vamos a buscar ni cordones sanitarios, ni líneas rojas, ni trincheras, ni atalayas", ha sostenido Sánchez.

No con los independentistas

El PSOE no quiere el respaldo de los separatistas para lograr la investidura de Sánchez, ni tampoco su abstención. "Ni lo buscamos, ni lo queremos, que quede claro", señalan desde Ferraz.

Para tranquilizar a los barones de cualquier acercamiento a partidos como ERC y Convergencia, Sánchez ha prometido que no será presidente "a cualquier precio" y no pactará con quien ponga en riesgo la unidad de España.

Rechazo al referéndum de autodeterminación

El Comité Federal del 28 de diciembre aprobó una resolución que establecía que "la autodeterminación, el separatismo y las consultas (...) son innegociables para el PSOE y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable" para negociar.

Los socialistas han advertido a Podemos y a su marca afín en Cataluña, En Comú Podem, que no es posible plantear en la mesa de negociación el referéndum para que los catalanes decidan su futuro.

Consulta a la militancia

Sánchez sorprendió a todos en el último Comité Federal anunciando que cualquier acuerdo de gobierno lo sometería a consulta entre la militancia, algo inédito en la historia del partido.

La propuesta fue interpretada como una manera de sortear a los barones, que validarían el posible pacto de gobierno en el Comité Federal, pero una vez que lo hicieran las bases.