La Audiencia Provincial de Madrid ha dejado en libertad al empresario Alberto Portuondo, uno de los supuestos testaferros del exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato y el único que por ahora ha entrado en prisión, al considerar que ha disminuido el riesgo de que pueda fugarse.

En un auto, los magistrados de la Sección 23 del tribunal madrileño estiman el recurso de su abogado y explican que "nuevas circunstancias personales" justifican que abandone la cárcel de Soto del Real, en la que ingresó el pasado agosto, como la cancelación del alquiler de su vivienda en México, país en el que residía, y el cese de su relación laboral con la empresa en la que trabajaba.

Según la Audiencia, que no obstante le retira el pasaporte y le obliga a comparecer diariamente en el Juzgado, Portuondo atraviesa una difícil situación económica "tras el empobrecimiento padecido en su actividad empresarial", a lo que añade su arraigo familiar en España y un problema de salud por el que ha recibido tratamiento.

Por ello, estima el recurso que Portuondo interpuso contra la decisión del instructor, Antonio Serrano-Arnal, de mantenerle en prisión por su falta de arraigo en España.

El empresario decidió así recurrir alegando un "agravio comparativo" con respecto a otros imputados en libertad provisional a los que no se les ha aplicado otra medida cautelar que la de comparecencias mensuales, ello a pesar de que "probablemente" tienen "vinculaciones en el extranjero y/o bienes e inversiones".

Y hacía concreta referencia al propio Rato, a su secretaria Teresa Arellano y a su gerente Miguel Ángel Montero, que afrontan acusaciones que "no se han tenido en consideración en igualdad de condiciones" con respecto a él, "sobre quien no pesa imputación de tanta gravedad y sin embargo se encuentra en prisión".

La Audiencia precisa que lo que le diferenciaba de ellos era su residencia en México, pero una vez acreditado su arraigo en Madrid, donde residen su mujer y sus hijos "de corta edad", se ha colocado "en una situación de implicaciones personales que puede ser equiparable a la de los restantes implicados en este proceso".

Además, considera novedoso que no alegara su enfermedad antes, y aunque los informes médicos que ha aportado son bastante anteriores a que se dictara su prisión, "ello no implica su falta de validez".

Portuondo fue arrestado el pasado 16 de agosto en el aeropuerto de Barajas de Madrid cuando se disponía a regresar a México, y cuatro días más tarde el titular del Juzgado de Instrucción número 31 acordó su prisión incondicional.

Según la investigación, el empresario habría cobrado, a través de la empresa Albisa Inversiones, dos millones de euros de las compañías Publicis y Zenith a cambio de haber favorecido presuntamente que Bankia las contratase para el lanzamiento de la campaña de su salida a bolsa.

Parte de ese dinero, 835.000 euros, acabó en Kradonara, epicentro del entramado societario del exministro de Economía, mercantil que, a su vez, destinó una parte, 450.000 euros, a Bagerpleta GmbH, cuya única actividad es la explotación de un hotel en Berlín, en el que Rato posee un 50 %.

El supuesto testaferro hizo este pago cuando ya había recibido una comisión de dos millones de Zenith y Publicis y mientras realizaba trabajos de asesoramiento para la Bankia de Rato, por los que cobró 1,8 millones más.

Además de Rato y Portuondo, en esta causa están imputados, entre otros, la secretaria personal del exbanquero, Teresa Arellanos; otro de sus presuntos testaferros, Miguel Ángel Montero, y el que fuera su "mano derecha" en la entidad, José Manuel Fernández Norniella, así como una de las empleadas del empresario ahora libre, Beatriz Colomer, y el abogado Domingo Plazas.

También están el exdirector de Comunicación externa de Bankia Miguel Robledo, y cuatro cargos de las empresas de publicidad, como la directora general de Zenith, Candi Rodríguez, y el consejero delegado de Publicis, Xabier Olazábal, entre otros