Desde junio, el zamorano Fernando Martínez Maíllo ocupa la Vicesecretaría General de Organización del Partido Popular. Su nombramiento demostró el aval del presidente Rajoy hasta auparlo al número 3 del partido. Pasa gran parte del tiempo en Madrid, testigo de lo que se cuece en las bambalinas de Génova, 20.

-Su nombramiento como vicesecretario, junto a Javier Maroto y Pablo Casado, se vendió como una renovación del PP para una mayor cercanía a los votantes en medio de la explosión de los partidos emergentes. ¿Resultados como los de las elecciones catalanas han dejado todo en una operación de imagen?

-Lo que no puede hacerse es criticar, primero, que no tenemos una política de comunicación y ahora que la tenemos cuestionarla sin más. Hay que reconocer que hoy el PP comunica más y mejor, que estamos presentes en todos los sitios, que nuestro relato político es más cercano. Hay más voces hablando en el Partido Popular, todo eso ha mejorado. La renovación ha sido positiva y lo ocurrido en las elecciones catalanas hay que circunscribirlo al hecho catalán. Las elecciones en Cataluña fueron excepcionales, polarizadas entre los del sí y los del no a la independencia. Nuestras propias encuestas nos daban seis diputados. Obtuvimos 11, la media del PP ha estado siempre en 12. No son buenos resultados pero hemos dado la cara y, probablemente, nuestra campaña ha propiciado un aumento de la participación constitucionalista. Fue un buen trabajo a pesar de unas elecciones vendidas como plebiscitarias.

-¿El PP fía todo a ensalzar la recuperación económica, que sin embargo, cuestionan agentes sociales y organizaciones como Cáritas?

-Nadie discute que la España de hoy es mejor que la España de hace cuatro años. Que hemos transformado a España en positivo y el primer dato es el millón de empleos que hemos creado. Tenemos más empleo y pagamos menos impuestos que cuando empezamos a gobernar. Hemos evitado el rescate, no somos Grecia, no tenemos que hacer cola ante los cajeros automáticos como otros. Se han hecho las cosas, con algunos errores, pero en general, bien. Y el resultado ahí está. Claro que hay todavía cuatro millones de personas en paro. Aún toca mucho por hacer, pero la esperanza de esa persona que está en el paro solo puede ser el Partido Popular. Ese millón de nuevos empleados son hombres y mujeres que han podido rehacer su proyecto vital. Somos conscientes de que hay gente aún pasándolo muy mal. Pero este año se van a crear 600.000 puestos de trabajo. Nuestro objetivo es crear 500.000 al año hasta llegar a 20 millones en 2020, y esto no es como los 800.000 puestos de trabajo del PSOE.

-¿De qué tipo de empleo habla?

-En Europa solo hay un país que crea más empleo estable que España, Alemania. Tres de cada cuatro contratos que se firman en España son indefinidos. Eso no significa que no tenga que haber empleos temporales, aunque habrá que ir mejorando la temporalidad y la estacionalidad de muchos empleos.

-El PP hizo tabla rasa de su programa electoral en 2011. ¿Por qué razón se iban a fiar esta vez los ciudadanos de sus promesas?

-Nosotros fuimos serios y dijimos la verdad. Y, a veces, la verdad tiene un coste. Encontramos más déficit y dijimos que eso nos obligaba a incumplir parte del programa electoral. Subimos los impuestos y eso causó mucho sufrimiento. Pero también dijimos que todo ello serviría para iniciar un nuevo proceso de crecimiento. Y hoy por hoy los datos económicos nos dan la razón.

-Agotan la legislatura para aprobar unos presupuestos contra los que han cargado el FMI y Bruselas. ¿Si ganan las elecciones qué garantías hay de que no sean papel mojado el 21 de diciembre?

-Todos los presupuestos han tenido toques de atención y advertencias. La etapa de los ajustes y del sufrimiento ha finalizado. Estamos en una etapa de crecimiento en la que solo hay un riesgo: volver atrás. Por una razón de estabilidad, y al contrario de lo que hizo el PSOE hace cuatro años, nosotros presentamos unos presupuestos. Es lo lógico, lo más honesto y es bueno para el país porque ofrece confianza a los inversores internacionales.

-¿Vio el debate entre Iglesias y Rivera?

-Sí, pero confieso que me aburrió un poco al final porque hubo muchas inexactitudes. Es un programa de televisión más. De aquí a las elecciones habrá otras muchos programas y otros muchos debates.

-Rajoy señala como rival a batir al PSOE. Aznar se dirige hacia Ciudadanos. ¿Usted cómo lo ve?

-No estoy de acuerdo con las reflexiones de Aznar. Lo hago desde el cariño, porque empecé con él en política, pero nuestro principal rival es el PSOE, es el único con representación parlamentaria al que todas las encuestas dan como número 2, y el que tiene estructura territorial en toda España.

-¿Aznar se ha convertido en el mayor azote para la dirección actual del PP?

-No, es el expresidente del Gobierno, una persona a la que se escucha mucho dentro del partido y sus reflexiones son tenidas en cuenta, aunque no se compartan, como es el caso ahora, ni en el fondo ni en las formas. El PP ganó las europeas y las municipales, aunque luego llegaron los pactos de perdedores, fundamentalmente del PSOE que con los peores resultados de su historia, ha regalado autonomías y ayuntamientos por toda España con tal de que no gobernara el PP. El PSOE ha perdido la centralidad porque para Pedro Sánchez es más importante su futuro que el de los españoles. Sánchez necesita pactar para hacer ver que el PP no gobierna.

-¿No dan por muerto al bipartidismo?

-Estamos, sin duda, en una época distinta, un nuevo escenario. Pero de eso a decir que el bipartidismo ha muerto es un poco exagerado. Lo llevo escuchando hace tiempo y no veo que termine de producirse.

-¿El PP no estaría abierto a pactos en caso de no alcanzar la mayoría absoluta?

-Nosotros partimos siempre de la base de que tiene que formar gobierno el partido que obtiene más votos. Y vamos a ser nosotros. Ojalá que Ciudadanos pudiera decir lo mismo, que respetarán el resultado electoral y que dejarán gobernar al partido que obtenga el mayor número de escaños. Ya vemos al PSOE y a Ciudadanos hacerse ojitos. En Andalucía van agarrados de la mano, son pareja de hecho, cogobierno. Ciudadanos está enterrando su famoso proyecto de regeneración para España en Andalucía, porque está votando en contra de comisiones de investigación, está pactando con el partido más corrupto de España.

-También el PP acumula una buena lista de casos de corrupción con exvicepresidentes y extesoreros incluidos?

-Decía en Andalucía, donde todos los días salen cuestiones relacionadas con fondos de la administración pública. Otros casos de corrupción están ahí y se están juzgando. Porque en España no hay impunidad y el que la hace la paga, se llame como se llame. Los procedimientos judiciales seguirán y hay que respetarlos.

-¿PP, PSOE y Ciudadanos se disputan una masa de votantes de centro decisiva el 20D?

-Hace dos años, en las encuestas, Rosa Díez era la política más valorada y UPyD parecía que iba a salirse del mapa electoral. Hace seis meses, Pablo Iglesias era el adalid de la regeneración en España e iba a ganar las elecciones. Ante una crisis tan galopante que ha producido tanto dolor y tanto sacrificio, los mensajes blancos que hablan de una cierta renovación pero que no dicen nada en el fondo, siempre tienen mayor capacidad de venta que los que damos quienes realizamos labores de gobierno. Albert Rivera no ha gobernado nunca, no ha gestionado dinero público nunca y lo único que representa es la incertidumbre. Puede apoyar al PP, al PSOE, no se sabe muy bien. Yo le pido a Rivera que diga que va a apoyar a la lista más votada en las generales. Sería un buen detalle, en lugar de limitarse a presentarse como Don Limpio. Y mira, igual luego resulta que no lo eres tanto, si miras hacia Andalucía.

-Y el PP, ¿no abusa del "mensaje del miedo" que, por cierto, no les funcionó ni en las europeas ni en las municipales?

-Nosotros somos un partido de centro derecha y así nos identifica el electorado. En las situaciones más complicadas se nos ha llamado para gobernar. Ciudadanos, según sus estatutos, es de centro izquierda. Los que piensen que votar a Ciudadanos es votar PP se están equivocando. Es muy probable que esté votando al partido socialista. No estamos utilizando el mensaje del miedo, tenemos derecho a reivindicar lo conseguido en estos cuatro años, con humildad, porque hay gente que todavía sufre. Pero el trabajo de Mariano Rajoy ha evitado el rescate y transformado España en positivo y con confianza. Eso no es apelar al voto del miedo, sino decir a la gente que hay que tener memoria de lo que pasaba antes. Esta legislatura es nuestro aval, aunque tenemos que presentar, además, una oferta sugestiva e ilusionante.

-Visto así, ¿a quién puede referirse el ministro Montoro cuando dice que hay gente del PP que se avergüenza del partido?

-Creo que eso es una expresión desafortunada, quizá sacada de contexto. No hay nadie del PP que se avergüence del partido o al menos yo no lo conozco. El ministro lo que ha hecho es reivindicar, tal vez de una manera un tanto exagerada, el trabajo realizado. Porque a todos los ministros de Hacienda siempre les toca bailar con la más fea.

-¿Hay una línea roja en cuanto a resultados que les obligue a partir de cero el 21D?

-Nosotros nos presentamos a ganar. No quiero que suene arrogante, lo decimos con toda la humildad del mundo, no va a haber batacazo. Todas las encuestas nos dan como ganadores con mucha diferencia sobre el PSOE, que está estancado y a la baja.

-¿Tiene en mente el presidente Rajoy un sucesor?

-Eso lo debe contestar él, pero nadie en el PP está pensando en sustituciones, sino en ganar las elecciones con el mejor candidato.

-¿Está Cospedal en horas bajas?

-Yo solo sé que es la secretaria general y que despacho con ella todos los días. Hemos hecho cambios en Valencia, Baleares...Todos con ella. El día a día que yo vivo es muy distinto del que reflejan los medios.

-¿No entró el PP al juego plebiscitario planteado por Mas?

-Mire, no es lo mismo hablar de esto en Madrid que en Cataluña, donde te encuentras todos los medios situados en el debate sobre la independencia y el desafío soberanista. Yo di cientos de ruedas de prensa y los periodistas jamás me preguntaron por sanidad, educación, por servicios sociales? Solo me preguntaban "¿Qué van a hacer ustedes si Mas?...", "¿Qué pasará si se declara la independencia ?". Ese era el único debate. Podemos intentó introducir otro debate y mire cómo le ha ido.

-¿Les preocupa la aureola de mártir de Mas, a raíz de su declaración ante el Tribunal Superior, cuando parecía cuestionada su investidura?

-Al PP se le critica en Cataluña por su supuesta inmovilidad y cuando se plantea acatar la ley porque existen una serie de denuncias, también se le ataca. Resulta inadmisible la imagen de un montón de gente, alcaldes con vara en alto incluida, gritando que en Cataluña no hay justicia. Parece que algunos intentan cubrirse con la estelada para actuar con impunidad.

-Ponen al frente del País Vasco a Alfonso Alonso tras la dimisión de Arantxa Quiroga. ¿La cúpula se enroca?

-Arantxa Quiroga decidió libremente dimitir después de la presentación de una moción que no consideramos oportuna. Y se ha elegido al hombre más indicado por capacidad y experiencia, que es el presidente provincial de Álava.

-Decía antes que en el PP ahora se habla más. En casos como el vivido entre los ministros Montoro y García Margallo, no sé si a su juicio también de más.

-No fue una buena semana, pero a partir del acto de Toledo todo se ha reconducido. Creo que durante estos días ha habido más ruido mediático que fondo.

-¿Ruido interesado por el último reparto de canales de televisión?

-Creo que no, aunque lo desconozco. Pero ya está bien. Lo del sábado no es una foto de unidad, porque siempre hemos estado unidos, aunque estos espectáculos previos no nos han favorecido nada. Ya estamos en otra fase, hay que centrarse y hablar de España y los españoles. A poca gente le interesa lo que pueda opinar uno de otro en el Partido Popular.

-Hay quien habla de fin de era y dedos señalando hipotéticos delfines, como Núñez Feijóo.

-¿Eso quien lo dice? Porque yo no lo he oído decir a nadie del partido. Lo que le he escuchado al presidente gallego es decir con rotundidad que no iba en las listas del Congreso y del Senado. Ahora mismo no hay un problema de sucesión. Estamos en un proceso electoral en el que hay una completa unidad en torno a un magnífico candidato que es Mariano Rajoy, avalado con los excelentes resultados de estos cuatro años de Gobierno. Yo comprendo que algunos se entretengan hablando de futuribles, solo es un juego mediático.

-¿El hecho de que existan esas críticas públicas pone en solfa esa pretendida unidad?

-La discusión no es sobre el liderazgo. Se cuestionan determinadas políticas del Gobierno y se pone el foco en el Ministerio de Industria con el problema del carbón o sobre la financiación. Claro que comparto que hay un problema de financiación en España, porque hemos pasado por una crisis durísima que ha supuesto una merma en los recursos públicos, lo que se ha traducido, irremediablemente, en ajustes. Todo el mundo quiere tener mejor financiación, podremos mejorar cuando mejoren las condiciones y ese momento ha llegado.

-La crisis del carbón es una de las principales batallas en Asturias y en León. ¿No es paradójico escuchar la defensa de sus intereses en las cámaras autonómicas y que los senadores del PP voten en bloque contra una resolución que reúne sus mismos argumentos?

-Los senadores del PP hacen lo mismo que los parlamentarios autonómicos con Herrera en Castilla y León, aunque no estén de acuerdo con alguna de las resoluciones del Ejecutivo autonómico. Actúan correctamente y además, Herrera no les ha cuestionado. Yo le pongo un ejemplo de mi provincia: la carretera de Porto no se hizo. Consecuencia: el PP no tiene representación en Porto porque la Junta no hizo lo que requería una gran inversión. Se presentó una proposición en el Parlamento autonómico y los procuradores del PP votaron en contra. Yo sé que algunos, en su fuero interno, no estaban de acuerdo pero hay una cosa que se llama estabilidad de Gobierno, que está por encima de una cuestión particular.