El expresidente del Gobierno español José María Aznar afirmó este lunes que hay que ser generosos con quienes buscan refugio en Europa pero con una política definida sobre inmigración y asilo, ayudando además a generar estabilidad en los países pobres o en guerra.

"Hay gente que huye de las guerras y con esas personas hay que tener una actitud abierta y generosa", dijo Aznar en Bogotá, donde esta noche participó en un coloquio con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, con motivo de la presentación del bufete de abogados DLA Piper Martínez Neira.

Aznar manifestó que imágenes como la del niño sirio ahogado en una playa de Turquía "son terribles", pero este fenómeno migratorio "no se puede ver solamente desde el punto de vista emocional y desde el punto de vista de la generosidad".

"Los países tiene que tener políticas, y Europa necesita una política sobre inmigración, necesita una política sobre asilo, necesita una política común que permita atajar muchos de esos problemas", expresó.

En opinión de Aznar, el fenómeno de la migración masiva de refugiados de Oriente Medio o de África "no se ataja solo con vallas o con alambradas o con dificultades" sino "generando prosperidad y generando estabilidad en los focos de origen de esa inmigración".

Unos 350.000 refugiados de Oriente Medio y África han llegado en lo que va de año a Europa, la mitad de ellos por la "ruta balcánica" que termina en Hungría, un país miembro de la zona Schengen, lo que ha generado un enorme desafío para la Unión Europea.

Aznar recordó que España ha sido un país de emigrantes y América Latina lo sabe porque "cuando los españoles éramos un ejemplo de prosperidad recibíamos muchos inmigrantes de América Latina y de otras partes del mundo".

Sin embargo, anotó que lo ocurre actualmente en Europa "es una consecuencia de una inestabilidad fundamental y esencial de una parte importante del mundo que es el Medio Oriente".

"Es la consecuencia de que algunos Estados en el Medio Oriente son Estados fallidos, de que existen problemas muy graves de falta de desarrollo y de perspectivas económicas en una población muy joven y de que existen conflictos extraordinariamente graves y muy amenazantes para la estabilidad no solamente de Europa sino del mundo", dijo.

Por eso, miles de inmigrantes buscan llegar a Europa, atraídos además por el hecho que en general es un continente "con países prósperos, unos más que otros, pero que vivimos bien, comparativamente en el mundo".

Libia y Siria

En ese punto se preguntó qué han ganado el mundo y en especial Europa, por su cercanía geográfica, con el derrocamiento de regímenes como el de Libia, con la guerra de Siria o con la práctica desintegración de Irak.

"El régimen que había en Libia era detestable y merecía ser derrocado, pero la pregunta es ¿hemos ganado algo con el derrocamiento de ese régimen, o hemos ganado un caos, un Estado fallido y una fuente de mayores problemas para Europa?", dijo.

El expresidente del Gobierno español llamó la atención por el hecho de que la guerra en Siria, país que se ha convertido en un emisor masivo de refugiados hacia Europa, lo único que ha logrado es "que el llamado Estado Islámico controle ahora la mayor parte de los pozos de petróleo de Siria".

"Es la primera vez que un grupo terrorista tiene en sus manos una capacidad petrolera como no ha tenido ninguno y eso tiene unas consecuencias devastadoras", afirmó.

Por eso añadió que, además de "tener buenos sentimientos, tener buenas virtudes, ayudar a la gente en lo que necesita", es necesario "definir buenas políticas y probablemente en Europa eso es lo que falta en este momento".

"La definición de buenas políticas tiene sus costes también (...) pero el peor de los costes posibles es no hacer nada y convertir la política en algo imposible, entonces es cuando tienes muchos problemas", expresó.