El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aterrizó ayer en el aeropuerto de Manises a las 17.15 horas de la tarde, justo a tiempo para arropar a Alberto Fabra y Rita Barberá en el multitudinario mitin de los populares valencianos en la plaza de toros. Rajoy llegó a Valencia en los cómodos asientos de un jet privado de tamaño medio, un Falcon 2000 propiedad de la compañía Gestair.

Se trata de un modelo fabricado por la firma francesa Dassault que puede albergar a una decena de pasajeros en su interior. El coste del alquiler de este tipo de aviones alcanza los 10.000 euros por cada hora de vuelo, con bonos de 25 horas cercanos a los 250.000 euros. En el caso concreto de ayer, el Partido Popular decidió abonar la tarifa para un día completo: 15.400 euros.

Desde la calle Génova resaltan que el avión privado era la única manera viable de que Rajoy acudiese a tiempo a todos los actos programados en su apretada agenda. Por la mañana estuvo de visita en Logroño y a las 13.00 horas acompañó a Pedro Sanz, el líder popular en La Rioja, en un acto en una empresa de mecanizaciones aeronáuticas ubicada en Agoncillo, en la provincia riojana.

Desde allí se trasladó hasta la capital del Túria, a una distancia de 501 kilómetros, con la ayuda de los potentes motores del Falcon 2000. No quería retrasarse en su encuentro con los militantes y simpatizantes valencianos. Después de la fiesta del PP sobre el albero, el presidente del Gobierno volvió a subirse al avión para dormir ya en la Moncloa. Esta mañana debía presidir el Consejo de Ministros.

Con todo ello, desde el PP señalan que los 15.400 euros de alquiler del Falcon 2000 (en el que Rajoy comió y cenó) suponen un ahorro. De otra manera el político gallego, escoltado por un equipo de ocho personas, tendría que haber hecho noche en Valencia. Además, las combinaciones para llegar de Logroño a Valencia a tiempo eran complejas.

Ya en 2011 la formación de la calle Génova alquiló una aeronave privada para aquellos actos electorales en los que se hacía imprescindible la presencia de Mariano Rajoy, como la que ayer acogió el coso de la calle Xàtiva.

Desde su accidente con un helicóptero en Móstoles en el año 2005, Mariano Rajoy prefiere utilizar el transporte terrrestre, bien por carretera o por vía ferroviaria, para asistir a los actos de partido. No obstante, en casos como el de ayer, en los que las conexiones no son óptimas, se muestra proclive a viajar por aire.

Así lo hizo durante la campaña electoral de hace cuatro años. Entonces el presidente del Gobierno se vio obligado a volar desde la ciudad de Málaga hasta la de Melilla para poder llegar a tiempo a un mitin del PP.