Don Felipe y doña Letizia han presidido este domingo su primer desfile de la Fiesta Nacional como Reyes, acompañados en la tribuna por sus hijas la princesa de Asturias y la infanta Sofía, que han contemplado con inquietud y curiosidad la marcha a pie de unos 3.000 militares y el vuelo de 34 aeronaves.

Pasadas las 11 horas y a bordo de un Rolls Royce, los Reyes llegaban entre aplausos a la plaza de Neptuno, donde esperaban el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Fernando García Sánchez, entre otras máximas autoridades del Estado asistentes.

Desde ese momento el foco de todas las miradas se ha centrado en la princesa de Asturias, doña Leonor, y la infanta Sofía, con vestidos estampados, que se situaron en la tribuna presidencial a la izquierda de sus padres, con quienes mantuvieron distintas conversaciones en varios momentos del acto.

Se trababa también del primer desfile para las hijas de los Reyes.

Para su estreno en la presidencia del desfile el Rey apareció vestido con el uniforme del Ejército del Aire en honor al 75 aniversario de su creación, y la Reina con un vestido verde olivo.

Al acto han acudido todos los ministros excepto el de Economía, Luis de Guindos, que se encuentra en Washington; los presidentes del Congreso y del Senado y de otras instituciones del Estado, como el Tribunal Constitucional, así como todos los presidentes autonómicos, salvo el de Cataluña, Artur Mas, el lehendakari, Íñigo Urkullu, y el asturiano, Javier Fernández, por problemas de agenda.

También ha acudido por primera vez el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien siguió el desfile sentado al lado del portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso.

Tras recibir los honores de ordenanza y pasar revista al batallón de honores de la Guardia Real, el Rey ha depositado una corona de laurel en homenaje a los que dieron su vida por España, bajo los acordes de "La muerte no es el final" y el vuelo de la patrulla Águila, formada por siete aviones C-101, dibujando en el aire con sus colores la enseña nacional.

A continuación se ha iniciado el desfile aéreo, que este año se retomaba después de dos años ausente por motivos de austeridad.

Ha durado unos tres minutos y ha contado con el vuelo de 34 aeronaves, entre aviones y helicópteros.

No han volado aviones de Holanda y Suiza como en un principio se había previsto.

Se han exhibido aviones de combate F-18, Eurofighter y F-5, la patrulla Frecche Tricolori de la Fuerza Aérea italiana, que ha dejado los colores de su país sobre los cielos de Madrid, y la patrulla Águila.

También se han podido ver aviones de reabastecimiento en vuelo, de vigilancia y de transporte, como el Hércules, así como un apagafuegos y un Aviocar del 721 Escuadrón.

Se han sumado un helicóptero Súper Puma y la Patrulla Aspa de helicópteros a un desfile que ha cerrado la patrulla Águila.

A partir de entonces se ha desarrollado el desfile terrestre, con unos 3.000 militares, unos 400 más que el pasado año, y una treintena de vehículos, ninguno de ellos blindados o acorazados.

Ha comenzado con la Brigada de Infantería Acorazada Guadarrama XII, la sección de motos de la Guardia Real y una unidad de Veteranos de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil y otra de Reservistas Voluntarios.

También han desfilado las banderas de Francia, Italia, Malta, Marruecos, Mauritania, Portugal y Túnez, algunos de los países que junto con España forman la Iniciativa 5+5 Defensa, y no lo han hecho las banderas de Libia y Argelia, previstas en un principio.

En el caso de Marruecos, se trataba de la primera vez que la bandera de este país desfila en España.

Han desfilado también una compañía de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid, una brigada de marinería de unidades de la Base Naval de Rota, la Unidad Militar de Emergencias, la Brigada paracaidista y la Jefatura de Tropas de Montaña.

La Legión, con su marcha específica de 120 pasos por minuto, y los Regulares, a un ritmo de 90 pasos por minuto, han provocado los aplausos de los asistentes al desfile, que se ha cerrado con las unidades a caballo de la Sección Hipomóvil de la Batería Real y el Escuadrón de Caballería de la Agrupación de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil.

Los Reyes han conversado durante unos minutos con el presidente del Gobierno y el ministro de Defensa antes de dirigirse al Palacio Real, donde ofrecen una recepción a más de 1.500 invitados, a la que no han asistido sus hijas.