Los servicios jurídicos del Congreso consideran que el diario El Mundo vulneró el derecho al secreto de las comunicaciones al publicar la fotografía de un mensaje de texto en el teléfono móvil del diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.

En el informe que ha servido de base para la instrucción dictada hoy por la Presidencia del Congreso para regular la actividad de los fotógrafos de prensa, los servicios jurídicos afirman que este caso ha sido un "temerario acto de invasión de una comunicación protegida" por parte del informante al que acusa de haber creado "un hecho noticioso donde nunca lo debió haber".

Añade que la acción de tomar esa imagen no se adoptó "por error o ignorancia" además de no estar amparada "en ningún caso", por la libertad de expresión.

Plantean además que, si bien hay jurisprudencia sobre la colisión entre el derecho a la intimidad y la libertad de prensa, no ocurre lo mismo con el derecho al secreto de las comunicaciones que, en el caso de la foto al móvil de Rubalcaba, se ha visto vulnerado.

Añaden que el trabajo de los informadores gráficos no sólo puede vulnerar derechos fundamentales de los diputados, sino que puede entorpecer el desarrollo de su labor y recalca que la publicidad del debate no supone, en ningún caso, que los medios de prensa puedan seguir las sesiones "pegados a la actividad del parlamentario".

"El carácter público de la sesión no puede convertirse en una versión parlamentaria de los programa de reality", afirma el informe de los letrados.

Para reforzar sus conclusiones, los servicios jurídicos aluden a casos famosos de colisión de estos derechos, como el del New York Times contra Sullivan que fue juzgado por el Tribunal Supremo de los EEUU.

Además, se remiten a una encuesta de urgencia realizada entre los parlamentos de otros países -que no concreta- sobre el modo de trabajar de los informadores gráficos, de la que concluyen que su ubicación en el Congreso de los Diputados "es un caso excepcional en el derecho comparado".

En la mayoría de los parlamentos -argumentan- los fotógrafos han de seguir las sesiones desde la tribuna de prensa (y no desde el propio hemiciclo como en el Congreso), una posibilidad que -agregan- se ha desechado para "no generalizar" un caso concreto y por la dificultad inmediata de remodelar las tribunas.

Por último, reconocen que existe una laguna jurídica en torno a este asunto como demuestra, aseguran, que no se pueda aconsejar, con solidez jurídica, la adopción de ninguna medida concreta "contra quien, según todas las evidencias, ha violado los principios anteriormente descritos".