La banda terrorista ETA alertó a sus militantes de que están "tan separados del pueblo que la distancia se está haciendo insostenible", una distancia que se extendía incluso con su "propia base", según los documentos incautados al dirigente etarra Ekaitz Servent, detenido en París el pasado abril.

Así consta en el auto de 59 folios dictado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, en el que el magistrado justifica su decisión de haber enviado a prisión a 31 de los 35 presuntos miembros de Segi detenidos esta semana en la operación desarrollada conjuntamente la Policía y la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra contra la cúpula de la organización ilegalizada.

Dicha operación se desencadenó a partir de unos documentos requisados a Sirvent, en uno de los cuales, bajo el título de "La Organización de la revolución juvenil en Euskal Herria", el responsable del aparato político de ETA destacaba que "uno de los elementos más importantes es la planificación de la militancia".

A la "falta de formación" de los militantes que Sirvent denuncia en el material citado por el magistrado se suma que, desde la ruptura de la tregua en junio de 2007, "la maquinaria represiva del estado español se va a encargar de ir golpeando duramente a la organización juvenil".

Pero, además, el dirigente de ETA advierte: "Estamos tan separados del pueblo que la distancia se está haciendo insostenible. Hemos encendido las alarmas al notar que esta distancia incluso con nuestra propia base, aumentada por el cerco mediático y represivo, podría hacernos mucho daño en el corto plazo".

"Si nuestra distancia con la base social es tan amplia, la distancia con el pueblo en general es todavía más grande y más peligroso de lo que pensamos", añade Sirvent.

A juicio de Marlaska, todo ello demuestra una "dinámica prevista por ETA para dirigir hacia sus fines a la juventud del País Vasco y Navarra, e incluso a la de otras comunidades autónomas".

Una "dinámica de lucha", que incluía un "boikot a diferentes marcas (Coca-Cola)...", precisa Sirvent en el material citado por el magistrado, quien considera que este documento es una "directriz" de ETA a Segi, organización a la que define como "auténtica academia terrorista" y "coordinadora" de todo el entramado que la banda "ha generado para la movilización juvenil".

El juez insiste en que "la organización terrorista Segi, bajo la dirección de ETA, se dedica a dirigir los movimientos juveniles, sirviendo a los fines de la última y coordinando entre otros actos la coacción a distintos colectivos sociales, así como la denominada 'kale borroka'".

Tras esta argumentación, Marlaska decidió enviar a prisión por delitos de integración terrorista a 31 de los presuntos miembros de Segi detenidos esta semana, en contra del criterio del fiscal, que pidió cárcel para todos ellos.

A tres de los cuatro que dejó en libertad les impuso comparecencias semanales y la obligación de comunicar su domicilio y no salir del territorio nacional. Al último de los que no han sido encarcelados, Iker Martínez, detenido en las inmediaciones de la Audiencia Nacional cuando iba a entregarse al juez, le ha impuesto la obligación de presentarse en el Juzgado cuando se le reclame.