Los tres hombres acusados de agredir sexualmente a una joven en un paraje de la pedanía de Beniaján comparecían ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción Número Siete de Murcia, en funciones de guardia, que decidía, tras horas de declaración, dejarlos libres.

Pero uno de ellos no llegó a volver a su domicilio: el juez lo mandó a la cárcel porque resulta que tenía varias requisitorias. A este hombre se le buscaba de antemano por otro delito, tal y como informan fuentes judiciales.

De esta manera, dos de los sospechosos salieron por la puerta de la Ciudad de la Justicia y un tercero fue trasladado a la cárcel de Sangonera, que es donde ingresan las personas que están entre rejas a la espera de que salga su juicio.

Fuentes cercanas explicaron que esta persona tiene numerosos antecedentes, tanto por tráfico de drogas como por hurto, y que se le buscaba por una de estas cuestiones.

De esta manera, el tercer acusado salía de los juzgados esposado y en un coche de la Guardia Civil, que lo trasladó a la prisión.

Los otros dos hombres quedaron en libertad con cargos, confirmaron fuentes judiciales. Además, el juez les imponía una orden de alejamiento: no podrán acercarse a su víctima, una joven de 23 años de edad.

El Ministerio Público no solicitó prisión provisional para ninguno de los tres. No se considera que puedan destruir pruebas ni se estima que se pudiese repetir el delito por el que se les investiga, que es, considera el juez, de abuso sexual, no de violación.

La prisión provisional es una medida cautelar personal, prevista por el Código Procesal Penal, que eventualmente se puede imponer a una persona sujeta a una investigación. En este caso concreto, ni el Ministerio Público ni acusación alguna la pedía.

La Benemérita llevó a cabo el pasado martes las detenciones de forma muy discreta: los agentes se desplazaron vestidos de paisano a la localidad de Beniaján, donde residen los sospechosos y donde se produjeron los hechos.

Dos de los sospechosos vivían juntos en una casa en la que los vecinos aseguran que se vendía droga, detallan fuentes cercanas al caso. Se trataría de uno de los escenarios de los hechos, que tuvieron lugar a finales del pasado mes de abril. La víctima asegura que la agredieron sexualmente dos veces: primero en un descampado y luego en ese domicilio.

La joven explica que la forzaron, que ella en ningún momento dio su consentimiento para tener sexo con esos sujetos. Señala que sí quedó con los tres hombres, así como que los conocía de antes, y que, una vez estaban los cuatro juntos, consumieron alcohol y otras sustancias.

Asimismo, insiste en que perdió el conocimiento y que, cuando volvió en sí, vio que la habían agredido sexualmente. Por eso se fue al hospital (la atendieron en el Virgen de la Arrixaca) y, de ahí, al cuartel, donde relató lo que le había ocurrido e interpuso la pertinente denuncia.

Ante la Benemérita, la joven insistió en que, cuando volvió en sí, vio que sus conocidos se estaban aprovechando sexualmente de ella, dado su estado de inconsciencia. Ella, según contó, les instó a que parasen. Pudo zafarse de ellos y marcharse. La víctima tardó varios días en atreverse a denunciar lo que le había pasado. En concreto, fue cuatro días después de pasar por el hospital cuando se atrevió a denunciar en el cuartel.

La versión de los tres sospechosos (hombres de 48, 43 y 28 años respectivamente) es diferente. Ellos alegan que quedaron con la chica para consumir droga y tener sexo, algo que, según el testimonio de los acusados, habrían hablado de antemano.

En este sentido, los hombres dicen que llegaron a pagarle dinero (20 euros) a la chica para que tuviese relaciones con ellos. Admiten que consumieron fármacos y bebidas alcohólicas, pero aseguran que no son unos violadores, indicaron fuentes cercanas.

Los acusados llegaron a afirmar que la víctima les había manifestado su intención de comenzar a dedicarse a la prostitución con el fin de conseguir dinero. Ante el juez, insistieron en este extremo. Recalcan que no violaron a la mujer. Algo que también creen a pies juntillas los familiares de los sospechosos, que subrayaron, ante los medios, la inocencia de sus parientes.