Lo pillaron solamente merodeando, así que no se le puede imputar ni siquiera un delito de tentativa de robo. De ahí que la Policía Nacional se haya visto obligada a dejar en libertad al hombre de origen rumano que era detenido ayer, martes, en la calle San Antón como sospechoso de asaltar domicilios en el centro de Murcia, junto con un compañero que acabó escapando de los agentes.

El hombre fue esposado y arrestado en la calle, en una espectacular detención que llamó la atención de los viandantes y encargados de negocios de la zona. Tras ser trasladado en un coche patrulla a dependencias policiales y ser identificado, el sospechoso fue puesto en libertad.

Fuentes cercanas indicaron que ha abandonado ya la Región de Murcia y podría haberse trasladado a la vecina Comunidad Valenciana.

El problema de los asaltos con violencia a domicilios no cesa en la Región. Y es que, «cuando se desmantela una banda, automáticamente ya tienes a otra en otro sitio, banda o aficionados por su cuenta», manifiestan desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Una lacra, la de los robos, que, tristemente, cada año se incrementa en verano, y estos días en concreto, «como mucha gente ha hecho puente, los 'malos' intentan llevarse lo que pueden», detallan las fuentes. Precisamente también este puente unos amigos de lo ajeno se dedicaban a desvalijar la Escuela Superior de Diseño.

La Policía Nacional arrestaba ayer, a primera hora de la tarde, en la calle de San Antón, en la capital murciana, a un hombre de mediana edad como sospechoso de asaltar domicilios en el centro de la ciudad de Murcia. Lo hacía en un amplio despliegue que alarmaba a clientes de una terraza cercana y a encargados de negocios que sí habían abierto las puertas, pese a ser 1 de mayo.

Fue un vecino el que avisó al Cuerpo. Indicó que se había percatado de que dos hombres que no le sonaban estaban merodeando por el edificio. Hasta San Antón se movilizaron varias patrullas de la Policía Nacional. Al percatarse de la presencia policial, ambos sospechosos intentaron escapar corriendo. Uno de ellos logró ser interceptado. El hombre quedaba unos segundos tendido en el suelo, esposado, en la puerta del número 26 de San Antón. De ahí, al coche patrulla y a dependencias policiales. Los agentes inspeccionaron el inmueble y entraron en bares de la zona, con el objetivo de dar con el sospechoso que había conseguido escapar. No sólo buscaron por San Antón: también por La Seda.

«Este barrio es muy peligroso, y más los negocios, porque los ladrones saben que hay dinero en las cajas todos los días», comentaba ayer una empleada de un establecimiento cercano al lugar del arresto.