La Policía Nacional investiga quién o quiénes están detrás de los asaltos que viene sufriendo la parroquia de Santa Rosa de Lima, en la barriada de Los Rosales de la pedanía de El Palmar. Por el momento, no se ha detenido a nadie.

En el templo se ven los destrozos. Hay agujeros en la puerta de madera por los que cabe una mano entera. Los hicieron los ladrones en uno de los asaltos.

Antonio Jesús, párroco de Santa Rosa de Lima, precisa que los asaltos tuvieron lugar «uno la noche del 8 al 9 de abril y el otro del 15 al 16», es decir, el pasado domingo. El sacerdote señala los destrozos que hicieron los amigos de lo ajeno. «Han roto las puertas, han roto la puerta del despacho... han roto la reja de la fachada, han reventado el armario metálico, un cajón de la mesa...», va detallando el hombre. «Y, cuando uno entra a un sitio, pues no se va de vacío», dice sobre los cacos.

Cuando fueron avisados de los sucesos, al lugar se desplazaron agentes de la Policía Nacional. También acudieron profesionales de la Científica, que trataron de recabar pruebas, aunque, según explica el cura, sin éxito. Y es que los ladrones «llevaban guantes», por lo que los investigadores «no han encontrado ninguna huella».

En cuanto al botín, asciende a «un par de ordenadores, guitarras y dinero en metálico», en una cantidad que no ha sido concretada.

El párroco se va percatando de qué le falta en sus dependencias. En este sentido, detalla que «el otro día yo no hacía más que mirar a ese rincón... y pensé ´yo veo esto un poco raro´. Anda, claro. Si es donde yo tenía el altavoz de un teclado. Se han llevado el altavoz».

Asimismo, «en el segundo viaje» (en referencia al segundo asalto) veo que un altavorcico de estos pequeños se lo han llevado también», relata el sacerdote.

Desde su punto de vista, en Los Rosales «hay miedo y cabreo», algo propiciado «porque las autoridades no están haciendo nada por resolver este problema».

«Fui al pedáneo y le dije ´tenemos una farola ahí arriba, la parte que da a la fachada de la oglesia se ha apagado. Eso es luz pública. Eso no se ha solucionado. No digo yo que, si eso hubiera estado encendido, no habría pasado nada, pero...», relata Antonio Jesús.

En la misma línea se manifiestan vecinos de la zona. «Ya en Navidad, se comunicó la avería de esta farola que ilumina la fachada principal de la iglesia, sin que se haya arreglado hasta ahora, hecho aprovechado por los cacos para acometer los robos amparados en la oscuridad», hacen hincapié al respecto.

A Dios gracias, «en el interior del templo no han hecho nada», apunta el cura. «Ya dejo abierta la puerta de la Sacristía, al menos salvaré una puerta», espeta.

Antonio Jesús admite que ha estado mucho tiempo «calentándome la cabeza para ver cómo iba a reforzar las puertas por fuera». En su momento cambió las cerraduras. Eso no frenó a los ladrones. «La rata está por aquí», dice.

«Hay un rumor de que han intentado vender por ahí dos ordenadores. Los ordenadores tienen DNI y están identificados. Se ve que tienen su dificultad en el tema. Dicen que venden dos ordenadores, y yo no me chupo el dedo. ¿Qué ordenadores pueden ser?», se pregunta el párroco.

«La verdad es que las guitarras es lo que menos me preocupa a mí», confiesa el sacerdote. Le preocupa el equipo informático no por su valor material en sí, sino por «la cantidad de horas de trabajo que lleva metidas».