Ezequiel A. H., el presunto asesino de La Fama, no reconoció ayer ante la juez haber acabado con la vida de su esposa, delito del que se le acusa, indicaron fuentes cercanas al caso. Desde ayer, Ezequiel, de 47 años, se halla en prisión provisional, donde lo ha enviado la titular del Juzgado de Violencia de Género Número 2 de Murcia. Allí permanecerá hasta que se celebre su vista. Ha ingresado en la cárcel de Sangonera, que es donde se manda en la Región a los presos que están a la espera de juicio. Nada más entrar, se le ha asignado un preso sombra, indicaron fuentes cercanas.

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Estos reclusos 'guardianes' forman parte de un grupo llamado Internos de Apoyo, con el beneplácito de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Una de sus funciones es evitar una posible conducta suicida por parte del interno que acaba de ingresar.

Doris Valenzuela, la mujer asesinada presuntamente a manos de Ezequiel en la ciudad de Murcia, negó ser víctima de malos tratos cuando se lo preguntaron los especialistas municipales a quienes consultó sobre cómo divorciarse, indicaron fuentes próximas. «Soy una superviviente», les dijo, en referencia al horror que había vivido en su tierra natal, Colombia, de donde había escapado tras ver morir a dos de sus hijos.

Aunque la señora, activista y refugiada en España, acudió a un servicio especializado en violencia de género, únicamente transmitió que quería información sobre cómo poner fin a su matrimonio, pero dijo que no tenía problemas de violencia en casa. Fuentes cercanas apuntaron que la mujer estaría sufriendo violencia por parte de su esposo desde que estaban en Colombia, su país natal.

El día que Doris preguntó por el divorcio, su marido se encontraba en Cataluña, donde había sido mandado por el programa de Cruz Roja que les amparaba en España, de atención a refugiados.

Por otro lado, la organización Amnistía Internacional y la Fundación Internacional de Derechos Humanos condenaban el brutal asesinato de Doris.

«Es imprescindible que el Estado colombiano garantice la protección efectiva de las mujeres defensoras mediante medidas diferenciadas con una perspectiva de género, para que casos como los de Doris no ocurran nunca más», declaró Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.