La sonrisa no le cabe en el cuerpo. José Luján Alcaraz (El Palmar, Murcia, 1964) logró el pasado jueves convertirse en el rector número 15 de la Universidad de Murcia (UMU), tras ganar por cinco puntos en la segunda vuelta de las elecciones al catedrático de Bioquímica y Biología Molecular Pedro Lozano. Ha tenido tiempo para explicar y desmenuzar su programa. Ahora expone cómo ha vivido esta experiencia, sus máximas prioridades como rector y sus reproches.

¿En qué momento de esta intensa campaña vio claro que podría estar donde ha llegado?

En ninguno. Confianza cero. Me caracterizo por ser agonías: siempre pienso que hasta el último momento puede ocurrir alguna cosa. Soy muy controlador y me pongo muy nervioso cuando no controlo. En un recuento con tantos centros, con tantos grupos y sus porcentajes de votos... Al final un voto, una mesa, podía provocar un cambio en el resultado. Sólo dije 'ya' con el 97% escrutado. No antes. Y a lo largo del proceso nunca tuve claro que pasara a la segunda vuelta.

¿Y lo de candidatura favorita u oficialista? ¿Hasta qué punto le ha molestado?

Es lo típico que se dice para darte confianza y que te relajes, como en el fútbol. Aquí la tensión, hasta el último segundo. Las etiquetas de todo tipo perjudican y molestan y sobre todo las que no tienen que ver con la realidad y se ponen para hacer daño. Yo era el candidato y debes tener la piel dura, pero molesta por quienes trabajan contigo y con una ilusión enorme. Y por los tuyos, quienes te quieren y te conocen. Pero confieso que sí me ha hecho daño que desde el principio haya habido mensajes negativos contra nosotros; esto te cansa, te decepciona. Y no venían de las otras candidaturas. Han sido ruidos externos, prejuicios que te quitan fuerza; y que procedían de las redes sociales y auspiciadas por el anonimato que estas plataformas ofrecen.

¿Qué destacaría de esta experiencia?

El contacto con la gente. El recibir el cariño, que valoren que estás ahí, reuniéndote con ellos para conocer sus problemas y quieras ayudar a resolverlos. Eso conforta mucho. Da fuerza y hace que la ilusión crezca. Con permiso de Pedro Lozano, yo me siento muy querido.

¿Qué cree que puede haber inclinado finalmente la balanza a su favor?

El resultado ha estado tan ajustado que decir qué puede haber sido es muy difícil. Hay un momento en el curso, cuando estoy dando clase, que al pasar entre un tercio y la mitad les digo a mis alumnos, 'lo que tenía que enseñar ya lo he hecho, ahora debéis seguir vosotros'. Y lo mismo ha pasado aquí. Hay un momento en la campaña que compruebo que mi equipo está hecho; que siento que está cohesionado, que todo encaja. Y de eso me siento orgulloso. Ganar o perder es parte del juego, pero el trabajo estaba hecho. Y creo que eso lo supimos transmitir, se nos veía. Mucha cohesión y armonía.

¿Hay alguna propuesta de las otras candidaturas que va a asumir durante su mandato?

Hay varias. Por ejemplo, me gusta mucho la apuesta por el fomento y el apoyo a la cultura de José Antonio Gómez. La sensibilidad social de su proyecto. Y hay una idea de Pablo Artal que se la voy a copiar, lo tengo clarísimo: los dos coordinadores generales de investigación. También su plan 30/30. Y fomentar la idea del mecenazgo y de la bonificación del 99% de los créditos aprobados en primera convocatoria, de otros. Creo que el punto de la bonificación es asequible pues no supone el total de la matrícula; es una cantidad bastante menor que es negociable con la Comunidad Autónoma. A cambio de un estímulo económico lograríamos mejorar la calidad en la docencia, y haríamos más accesible la universidad a las familias. Así, es una medida que académicamente es buena y socialmente tiene en cuenta la situación de merma económica a consecuencia de la crisis.

¿Tiene en mente alguna primera acción a acometer nada más asumir su cargo?

Hay varias medidas prioritarias y que se refieren a cada colectivo. Por ejemplo, el precio de los másteres para el próximo curso debe estar este verano aprobado. Con el PAS, ver cómo afrontar ya los retos pendientes (plantilla, consolidación de los interinos); y en el profesorado, ver las convocatorias, qué dinero tenemos y cuál es la tasa de reposición, para mejorar su situación.

Elija: qué sería antes, aprobar los estatutos de la UMU o la nueva Ley Regional de Universidades.

Sin duda, los estatutos. Deberían haber estado aprobados en 2010, y la idea es impulsar al nuevo Claustro para que lo haga en cuanto se constituya. Lo deseable sería que se consiguiera este año. Y si hubiera que modificarlos después, mejor hacerlo así que estar sin ellos. No veo, sin embargo, la urgencia en la Ley de Universidades. Antes tenemos que tener claro qué se quiere hacer, qué se tiene que cambiar, y para qué.

El Rectorado está inmerso en un cambio de sede. ¿Seguirá este proyecto adelante?

No. La sede institucional de la Universidad de Murcia tiene que estar en Teniente Flomesta, en la Convalecencia. Y los servicios que tengan que ver con esta sede. De tener que trasladar algo, habrá que ver dónde y contar con las personas afectadas. Pero no hay urgencia. El traslado proyectado iba a Medicina, y además, en una situación nada ideal, porque mientras haya clases no debe haber obras. Ya veremos qué funcionalidad se le da a esta reforma. Pero no es urgente.

¿Piensa mantener reuniones periódicas con los colectivos universitarios para 'dar' cuentas?

Esa es la idea; dar cuentas de lo que hemos hecho y escucharlos de nuevo. Lo que no puede ser es que la gente te dedique su tiempo y luego te olvides de ellos.

Eso se lo dejamos a los políticos...

Sí, pero es que en la universidad no somos políticos, somos universitarios; y tenemos talante universitario cuando hacemos docencia, investigación y también gestión. No hay nada de pedir el voto y luego olvidarnos. Y para nosotros es fácil porque ponemos caras a las personas, no hay un electorado, y los conocemos por su nombre.