Las pesquisas llevaron a los agentes a fijar su punto de mira sobre un grupo criminal cuyos integrantes ya habían sido detenidos muchas veces por el Grupo de Delincuencia Especializada de la Jefatura Superior de Policía de la Región de Murcia.

Tras la identificación de todos los miembros, los agentes constataron que entre todos los implicados existía un claro reparto de tareas: unos entraban en las casas, otros vigilaban, otros facilitaban información de posibles objetivos y otros recibían los efectos sustraídos para venderlos en Marruecos.