Seis días. Ese es el tiempo que ha necesitado Roque Ortiz, hasta ayer concejal de Fomento del Ayuntamiento de Murcia, para presentar su dimisión tras desvelarse los audios de una reunión interna de partido en la que hablaba sin pelos en la lengua de hacer obras sin convocatoria pública y afirmando «que no se le olvide a la gente que trabaja en las concesionarias, que no se le olvide a la gente a la que le hemos conseguido un trabajo». Ortiz presentó en la tarde de ayer su renuncia con una carta dirigida al alcalde de Murcia, José Ballesta, en la que asegura que se marcha en contra de su voluntad, pero «con la conciencia tranquila, la cabeza bien alta y la seguridad de haber cumplido mi cometido».

No obstante, el hasta ahora concejal aprovecha su escrito de despedida para lanzar un mensaje y recuerda que «no estoy imputado ni investigado ni en ninguna instancia judicial de tipo alguna, administrativo o penal, no como otros». Esta puntilla final parece un mensaje velado para aquellos que pese a estar imputados no abandonan el sillón, como es el caso de la senadora popular Pilar Barreiro, investigada en el caso Púnica. Un mensaje también a la dirección regional del partido, que durante estos seis días se ha empeñado en mostrar la puerta de salida al responsable de Fomento municipal, pese a los intentos del alcalde de la capital por mantenerlo.

El que ha sido primer teniente de alcalde y mano derecha de Ballesta en la Glorieta desde mayo de 2015 reconoce en su escrito que «cometí un error, un desafortunado error verbal -como ya he reconocido públicamente- que durante estos días me ha hecho reflexionar sobre si merece la pena la política, cuando ésta muestra su peor cara, el acoso personal y familiar, la hipocresía y la falsedad... especialmente cuando no necesitas la política para vivir». Además, detalla que «me voy única y exclusivamente para no poner en riesgo el proyecto de ciudad que hemos impulsado» y se dirige al alcalde de Murcia indicando que «no quiero ser la causa de que la gestión de tu equipo pueda verse empañada de forma injusta».

Respecto al terremoto político que ha sacudido la vida municipal desde que esta Redacción desveló los audios de la reunión interna del PP el pasado jueves, Roque Ortiz dice que «cuatro días (quitando el fin de semana) son más que suficientes para tirar por tierra todo nuestro trabajo (...). Pero tengo que admitir mi rebeldía hacia la nueva política, es más, estoy dispuesto a llegar más lejos y reconocer mi inadaptación a la 'moral vigente', soy de los que todavía le dan valor al honor y a la justicia. Y no estoy dispuesto a que mi honor se ponga en cuestión cuando no he cometido ninguna irregularidad, quien me conoce sabe que es incompatible con mi forma de entender el servicio público».

El que ha sido el responsable de Fomento en el Ayuntamiento en los últimos dos años y medio califica a la política como «un juego de trincheras» al que dice no saber jugar ya que «no soy un político profesional» y reconoce que en este tiempo, en los 951 días que ha trabajado en este proyecto, «he visto lo peor y lo mejor de la política» y afirma que ha trabajado «respetando siempre la legalidad vigente» y que «si hubiera habido la más mínima irregularidad no haría falta que nadie hubiese pedido mi renuncia».

Roque, que se despide de Ballesta en su escrito indicando que se va «porque por encima de todo soy tu amigo», estuvo trabajando codo con codo hasta ayer con el alcalde, con quien presidió durante la mañana la reunión de la comisión de expertos de la Cárcel Vieja, en la que se entregó el proyecto de recuperación de este edificio a gestores culturales y responsables de colegios profesionales.

La presión de la oposición y de su propio partido han hecho insostenible la continuidad del exedil en el Consistorio, cuya gestión se ha puesto en entredicho tras conocerse la forma en la que se dirigía a pedáneos y vocales del PP en una reunión interna del partido la pasada semana en la que hablaban sobre la estrategia que seguirán de cara a las próximas elecciones de 2019. Salida que incluso había pedido el propio presidente regional, Fernando López Miras y la dirección regional del partido.