«Hoy (por ayer) es el primer día, después de lo que pasó, que pude salir yo sola a la calle. Y, nada más salir, los familiares de él se pusieron a gritarme ´perra´. Y a decirme que le quité a él todo el dinero y encima le he metido a la cárcel».

Así se expresa Irena, la joven de 26 años que el pasado sábado era arrollada por un coche cuando caminaba con su pareja por el barrio de La Fama, donde reside. Al volante iba, relató la chica a la Policía, Joaquín C. M., un hombre de 56 años que antaño había sido su pareja sentimental, y que, en esos momentos, no podía acercarse a ella por mandato judicial.

«Había seis denuncias por pegarme, seis por secuestro y otra por violación», relata Irena a LA OPINIÓN en su domicilio de La Fama, un piso que comparte junto a su novio, Joffre Rolando, y otro chico. «Más otras muchas veces que no he denunciado», añade.

Por la mañana, Joaquín C. M. se presentaba en la Jefatura de Policía en compañía de su abogado. Se entregaba. Después de tomarle declaración en dependencias policiales durante algo más de una hora, ayer mismo era conducido ante el juez. Salía por la puerta de atrás de Comisaría, sin esposar y custodiado por dos agentes.

Horas después, la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número Dos de Murcia ordenaba el ingreso en prisión provisional de este hombre, acusado de los delitos de tentativa de homicidio y de quebrantamiento de condena, por saltarse la orden de alejamiento que tenía.

Lejos de estar tranquila al saber la noticia de que su ex ya está entre rejas, Irena confiesa que tiene miedo. A ello se une la precaria situación económica que atraviesa. «Acabo de venir de donde vive mi madre para coger un par de cigarros, que no teníamos ni para tabaco», explica. Con su madre precisamente vive la hija de 5 años de Irena. Una pequeña que podía haber tenido un hermanito, si su madre no hubiese perdido el hijo que esperaba. «Yo estaba embarazada de Joffre. Mi ex vino a por mí y, por su paliza, perdí al bebé», manifiesta la joven.

Asevera que el que fuera su novio, además, llegó a «quemar» los papeles que corroboraban la situación legal de la chica, de origen ucraniano, en España. Irena teme que, al no contar con estos papeles físicos, pueda tener problemas a la hora de pleitear en los tribunales por el maltrato sufrido.

«Él ya estuvo en la cárcel. Estuvo diez años por traficar drogas y dos años más por pegarme», rememora la mujer. «Yo siempre me escapaba de él», añade.

No solamente fueron golpes. También una adicción. «Él me metió en la droga. Heroína y cocaína fumada», reconoce Irena, a lo que añade que «desde que estoy con Joffre, estoy bien y no quiero drogas en mi vida».

Ahora, la joven se plantea denunciar a los familiares de Joaquín que, asegura, la han amenazado por el barrio.

«Tuvimos aquí Policía 24 horas y ahora mismo seguimos hablando con policías», especifica. También piensa en otras féminas. Y es que «conozco muchas mujeres maltratadas por él mismo y ninguna tuvo ovarios de ir hasta el fondo. Tiemblo por las vidas de estas mujeres», dice.