El profesor de la Escuela de Arquitectura y Edificación de la UPCT Fernando García revela en su tesis doctoral que las pedanías de Murcia tuvieron un papel similar al de los suburbios no planificados que aparecieron en otras ciudades españolas entre los años 40 y 70 del pasado siglo, al albergar a la población que emigraba del campo a la ciudad.

Una de las singularidades que el investigador de la Universidad Politécnica de Cartagena ha encontrado en la ciudad de Murcia es que, ante la carencia de vivienda, la población obrera encontró alojamiento en las pedanías del municipio, lo que permitió evitar la aparición de grandes suburbios no planificados y sin servicios urbanos, como ocurrió en otras ciudades en las que se dieron abundantes fenómenos de chabolismo, informa la Politécnica.

«Es una prueba de que las pedanías forman parte de la estructura urbana de Murcia desde hace décadas, aunque muchas veces se las contempla como núcleos independientes», afirma García. «Este papel se mantiene en la actualidad, pese a que muchas de ellas no han sido absorbidas por el crecimiento de la ciudad».

El Palmar, Puente Tocinos, Espinardo o La Alberca fueron algunas de las poblaciones que más crecieron durante el periodo estudiado, pero la población obrera también se ubicó en las pedanías al oeste de la ciudad y otras más lejanas, como El Raal.

«Frente a la falta de servicios y los problemas urbanos de insalubridad y marginalidad que caracterizaron los barrios informales, las pedanías dieron refugio a los nuevos habitantes y dispersó la tipología de vivienda precaria», explica el miembro del Laboratorio de Investigación Urbana de la UPCT.

Hoy en día, «las pedanías más grandes, mejor equipadas y con núcleos industriales próximos, son muy autónomas», destaca.