La Guardia Civil ha interrogado a un vecino de El Esparragal en relación con el ataque con ácido que sufrió una perra, de nombre Cira, el pasado mes de octubre en su casa del mismo pueblo.

«Le han quemado la lengua, la cabeza y los ojos, donde cada dos horas estamos echándole gotas. Está todavía tiritando». Así se expicaba el dueño de Cira, Sergio, que, junto a su pareja, denunciaba ante la Benemérita el ataque que sufrió el can, de dos años, en la urbanización Montepinar de la localidad de El Esparragal.

Después de interrogar a este vecino (señalado como sospechoso por los dueños de Cira), la Benemérita lo puso en libertad, ya que no existen pruebas que lo vinculen con el ataque a Cira.

De hecho, en la declaración ante el Instituto Armado, este hombre, vecino de la zona en la que viven las víctimas, llegó a culpar a otra persona: sugirió a los agentes que investigasen en el entorno de los dueños de la perra.

Este sospechoso, no obstante, tuvo diversos problemas con sus vecinos: lo vieron acercarse a su parcela sin razón alguna y mantuvieron enfrentamientos por el lavado del coche. De estas diferencias vecinales dejaron constancia los amos de la perra en la denuncia que pusieron en el puesto de Cabezo de Torres.

Sergio y su pareja no quieren que el ataque a Cira quede impune. Después de que la noticia saltase por LA OPINIÓN, la Guardia Civil y hasta el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, pidieron en su cuenta de Twitter colaboración ciudadana para dar con el autor de los hechos:

Sin embargo, fuentes cercanas indicaron que, sin pruebas evidentes, el caso podría ser cerrado sin culpables.

España encabeza la vergonzante lista de paises europeos donde más casos de maltrato animal se producen, mientras que en Murcia la vejación contra estos «seres sintientes» aumenta. Por eso, desde el Colegio Oficial de Veterinarios de Murcia se reclama una ley estatal que acabe con la diversidad de legislaciones autonómicas, e incluso municipales allí donde no hay ninguna regional, como es el caso de Murcia.

También en octubre, un hombre de 51 años admitía que se ensañó a puñaladas con un perro (11, según el dueño del can), de nombre Zarpas, allá por noviembre de 2015. Lo reconoció en la Ciudad de la Justicia, donde estaba citado como acusado en un juicio que, al haber conformidad, finalmente no se celebró.

Según explicó el abogado de la acusación a este periódico, el sospechoso admitió los hechos, con lo cual pactó una rebaja de pena.

En concreto, informó el letrado, se conformó con un año y siete meses de prisión. Al carecer de antecedentes penales, no pisará la cárcel. Asimismo, el ya condenado abonará una indemnización de 9.000 euros: 7.000 para la aseguradora y otros 2.000 para los dueños de Zarpas. Lo hará en concepto de responsabilidad civil, especificó el abogado.