Seis agentes de la Policía Nacional han resultado heridos leves en un intento de motín que se ha producido esta noche en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Sangonera, que ha dejado además al menos nueve internos heridos. Los inmigrantes, más de sesenta, utilizaron una puerta como ariete para intentar fugarse del CIE, así como material de la cocina.

El delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís, ha confirmado que, sobre las ocho de la tarde de este domingo, unas 60 personas que permanecen internadas intentaron amotinarse, aunque las fuerzas policiales pudieron contenerlo. Del forcejeo, varios agentes han resultado heridos leves, al igual que nueve inmigrantes, heridos de diversa consideración.

En esta ocasión no se ha producido ninguna fuga, aunque por el momento las mismas fuentes han asegurado que en estos momentos están haciendo un recuento de los internos. El delegado del Gobierno, Antonio Sánchez-Solís, y el jefe superior de la Policía Nacional, Cirilo Durán, analizaron esta noche 'in situ' la situación del Centro de Internamiento y de los heridos y confirmaron que al lugar de los hechos se desplazó para ayudar a contener a los internos la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional (UPR), agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Murcia.

Este motín se suma al sufrido el viernes por la noche en el que 27 inmigrantes argelinos se fugaron de las instalaciones en un motín en el que resultaron heridos siete agentes de la Policía Nacional y por el que se encuentran en busca y captura en los sistemas informáticos policiales.

El dispositivo de búsqueda que se dispuso en las primeras horas con los tres cuerpos policiales no se encuentra actualmente operativo una vez que han ido "insertadas" sus identidades en el sistema informático, con lo que en el caso de que sean identificados por algún agente en España, sean detenidos de inmediato, según un portavoz policial.

Los internos del CIE actuaron con violencia para poder fugarse del centro, que hace exactamente un año vivió momentos parecidos de tensión con otras fugas que obligaron a la dirección de la policía a adoptar medidas que en teoría iban a mejorar el sistema para evitar episodios similares, duramente criticados no sólo por las ONGs que trabajan con estos inmigrantes, sino también por la práctica totalidad de los sindicatos policiales.