Un dragón barbudo, dos jabalíes, tres culebras, siete burros, once patos, 76 tortugas y 19 cerdos vietnamitas. Son algunos de los huéspedes más exóticos que, en lo que va de año, han pasado por las dependencias del Centro Municipal de Zoonosis, ubicado en la pedanía de La Albatalía.

En el caso del dragón barbudo, fue encontrado en enero en el barrio murciano de San Basilio. Una vecina llamó al 092 para alertar de que había visto en la calle «un lagarto muy grande». Como es exótico, no pasó mucho tiempo en Zoonosis: se lo llevaron al Centro de Recuperación de El Valle.

En el caso de los cerdos vietnamitas, en Zoonosis destacan que «hay muchísimos». Sin ir más lejos, agentes de la Policía Local de Murcia localizaban la pasada semana a uno: vagaba por las calles de Alquerías, se iba para la carretera y ponía en peligro a los conductores. Se llamó a Zoonosis, sus operarios se personaron en la zona y cogieron al puerco con un lazo para llevarlo, en un vehículo, a sus instalaciones. El cerdo ya ha sido sacrificado.

Según explicaron responsables de Zoonosis, a estos animales se les practica la eutanasia, como máximo, a las 72 horas de llegar al centro. Y es que, pese a que cada vez es más habitual verlos en casas, los cerdos vietnamitas no son considerados una mascota: oficialmente, son una especie invasora. De ahí que la ordenanza de Protección y Tenencia de Animales de Compañía, que se compromete al 'sacrificio cero', no ampare a estos porcinos, indicaron fuentes del Ayuntamiento de Murcia. El 'sacrificio cero' (que no se aplicará de facto hasta 2020) sólo 'salvará' a algunos animales.

También destaca el caso de un mono tití, rescatado en una operación policial hace unos meses. Sus captores pretendían hacer negocio con él en el mercado negro. Fue llevado a Zoonosis, y allí vivió hasta la semana pasada, cuando lo trasladaron al veterinario para vacunarlo y conducirlo al que a partir de ahora será su hogar: una asociación en Elche (Alicante).

Una culebra en el pasillo

Otro inquilino curioso de La Albatalía dio un buen susto, allá por mayo, a los vecinos del barrio de La Flota que se lo encontraron en el pasillo. Se trataba de un ofidio, en concreto una serpiente del maíz, y medía nada menos que más de un metro de longitud.

Suelen ser los agentes municipales quienes alertan a Zoonosis de que hay un animal suelto, casi siempre en pedanías o zonas de huerta. Primero, los policías buscan in situ a su dueño. Si no dan con él, y el animal lleva microchip, se le puede localizar posteriormente de forma sencilla.