Su objetivo último es lograr que las personas aprendamos a sacar algo positivo de una mala experiencia, evitando caer en una depresión, tanto en el ámbito personal como en el laboral. Reconoce que no es fácil, pero está convencida de que en nosotros hay suficiente creatividad como para lograrlo. Por eso cada año organiza un curso en el que se ofrecen herramientas para resolver estos conflictos.

Este año San Pedro del Pinatar acoge a partir del miércoles 13 y hasta el viernes 15 una nueva edición del curso de la Universidad Internacional del Mar-Campus Mare Nostrum de la Universidad de Murcia (UMU) sobre experiencias positivas. Dirigido por la pedagoga y profesora de la UMU Olivia López Martínez, ya va por su cuarta edición y en esta ocasión se titula ‘Experiencias positivas en el contexto escolar, social y familiar’.

¿Por qué este curso?¿Habéis detectado que nos centramos demasiado en lo negativo de lo que nos pasa?

No especialmente, pero sí creemos que a la parte de la educación emocional hay que darle más importancia en todos los aspectos, tanto a nivel escolar como profesional. Cada vez que nos pasa algo negativo nos hundimos, pero nosotros defendemos que de todas las experiencias se puede sacar algo positivo. Y aprovechar las oportunidades que nos brinda la creatividad y la Psicología Positiva de la que partimos.

Con la perspectiva de los años que lleváis celebrando este curso, ¿cómo ha evolucionado tanto en temas a tratar como participantes?

Yo trabajo principalmente en el campo de la creatividad en la educación, y me han llamado la atención diferentes teorías que han ido apareciendo, como la del profesor Martin Seligman de Psicología Positiva. Quería retomar las variables en las que se trabajaba, como la creatividad, la resiliencia, el sentido del humor y qué personas trabajan con ellas en la Región y parten de lo positivo. Por eso, el cambio desde la primera edición ha sido su aplicación en todos los ámbitos (escolar, familiar, de salud). No es que no haya emociones negativas, pero debemos partir de lo positivo. Empezamos tratando este tema desde un punto de vista teórico y hemos ido incorporando más la práctica.

¿Y el perfil de las personas que se apuntan?

Al principio, estos cursos estaban pensados para maestros y psicólogos. Ahora viene gente de Empresariales, de Económicas y hasta nutricionistas, que no sólo aplican las técnicas en su trabajo sino en ellos mismos.

¿Qué herramientas ofrecéis para evitar que alguien se hunda ante un problema?

Libro de recetas como tal no existe. Lo que sí se plantea es un cambio de enfoque en tu vida; ante un problema hay que intentar ver la parte positiva o interesante de lo que te está pasando. Buscar soluciones alternativas a ese problema. No hablamos sólo de creatividad artística. En ti está el cambio del enfoque. Y como dice el profesor Seligman, deja de pensar en negativo e intenta darle la vuelta a las cosas, gestionando la emoción del momento y buscando una solución.

Y eso implica pararse a pensar.

Exacto, vamos tan rápido con todo que lo más fácil es entrar en depresión y en aspectos negativos, como ‘qué mala suerte tengo’, ‘no voy a ser capaz de salir...’. Hay que utilizar la creatividad para salir; no te pongas a llorar en la silla, aunque sea muy complicado.

Ahora se lleva mucho el ‘coaching’ y el ‘mindfulness’. ¿Qué opinión le merece estas nuevas técnicas?

No estoy demasiado a favor del ‘coaching’, pero puede ayudar a incluir cosas buenas en tu día a día. En la relación médico-paciente, o maestro-alumno o en cualquier profesión de cara al público, si te enfrentas al día con una sonrisa la gente te lo agradece, e incluso tú mismo lo vas a agradecer. Lo que queremos es por tanto trabajar el bienestar emocional positivo tanto en la vida profesional como en la personal.

Los libros de autoayuda, ¿realmente ayudan?

Al igual que no está demostrado científicamente que el ‘coaching’ ayude, tampoco lo está este tipo de publicaciones. Pero, en definitiva, lo que hay que conseguir es que la persona se motive y trabajar mucho en la autoestima y en las emociones. Centrarte en lo que haces en el momento y disfrutar de ese instante; pasar un buen rato. Porque el mundo con una sonrisa es más fácil de llevar que con el ceño fruncido.

Mucha gente dirá que es muy fácil decirlo...

Es cierto que es más fácil decirlo que hacerlo, incluso yo a veces me digo, cuando estoy en situaciones complicadas, ‘Olivia acuérdate de lo que tú misma dices y defiendes’, pero no deja de ser complicado.