Las obras para la llegada del AVE a Murcia siguen su curso mientras los casi 100.000 vecinos de los barrios de Santiago el Mayor, Barriomar, San Pío X, Patiño, Nonduermas, El Progreso, El Carmen, Senda de Los Garres y Ermita del Rosario no cesan en su lucha contra lo que consideran una injusticia. «La marginalidad y pobreza asolarán esta parte de la capital murciana porque los habitantes no quieren vivir en una prisión», asegura Isabel Jorquera, de la Asociación de Comerciantes de Santiago el Mayor y propietaria de la Perfumería Dioni, situada próxima a la calle Orilla de la Vía. La pantalla acústica necesaria para la Alta Velocidad, así como el resto de infraestructuras, aún en obras, «terminarán cercando la zona». Por ello, los vecinos no confían en las promesas del Gobierno y creen que «esta vía provisional será definitiva». La situación es tan crítica que mucha gente se ha mudado ya o está pensando en ello.

Jorquera afirma que la mayoría de los vecinos están como ella, «desanimados porque tenemos toda nuestra vida aquí y, además, los dueños de negocios vivimos de la gente de estos barrios, pero se nos está acabando. Muchas familias ya se han ido», lamenta. Si todo sigue igual, ella también tendrá que abandonarlo todo, incluida su perfumería, que se está «desvalorizando». Asegura que en esa misma calle han cerrado tres o cuatro comercios que pusieron en marcha personas jóvenes que no ven futuro en la zona. La dueña de la Perfumería Dioni posee también dos viviendas allí, una de ellas está en venta «pero no la quiere nadie ni regalada», a pesar de ser un ático nuevo y a un precio inferior a la mitad de lo que le costó, reconoce. Más suerte ha tenido Pedro Arques, vecino del mismo barrio que vendió su ático a un matrimonio hace un mes: «Les expliqué la situación del AVE, pero les gustó mucho la casa. Eso sí, lo he tenido que malvender por unos 140.000 euros, cuando yo pagué 180.000, más todo lo que le añadí», analiza. El mercado ha establecido un precio inferior, ya que existe muy poca demanda en la zona, aunque no todas las inmobiliarias tienen esa sensación. Arques describe la situación de otro comerciante: «Está desesperado porque ha tenido que cerrar su negocio y ahora vende por apenas 60.000 euros un bajo de 175 metros cuadrados, que es regalarlo», matiza. El local está en la calle Pío XII, otra de las más despobladas, ya que un bajo sí y otro también están ya desocupados. Tanto Arques como Jorquera son miembros de la Plataforma ProSoterramiento del AVE y coinciden en calificar que el barrio quedará «hundido y muerto» si se construye el muro (de cinco metros) que les aislará del resto de Murcia.

Consecuencias de que el AVE llegue en superficie

Los vecinos temen la llegada del AVE en superficie porque tendrán que dar un rodeo, como mínimo, de dos kilómetros para acceder al centro de Murcia, pues les cerrarán el paso a nivel del que disponen ahora, a lo que se une que tampoco podrá pasar el transporte público, desviando las comunicaciones por Ronda Sur y la A-30. «Nuestros hijos tendrán que rodear para llegar al instituto», critican desde la Plataforma. Pero, sobre todo, hacen hincapié en que el barrio quedará «al otro lado, separado de la ciudad» y afirman que «las chispas de la catenaria de 25.000 voltios también puede ocasionar perjuicios a las viviendas más cercanas».