La polémica continúa. Algunos de los aspirantes a bombero, que ya denunciaron «irregularidades» en los procesos selectivos de la oferta de empleo público para acceder a una de las 30 puestos de libre oposición, manifiestan ahora su preocupación respecto a «los procesos de promoción interna para cubrir plazas de cabos y sargentos en el SEIS».

Por un lado, denuncian «el nombramiento, por parte del jefe del Servicio, de determinados miembros de la platilla, sin dar publicidad ni opción a otros integrantes, para que ostenten de manera 'provisional' cargos de categoría superior».

«Al igual que sucede con la oposición de bomberos, las de cabo y sargentos se están viendo salpicadas de dudas desde el principio», explicaron a esta Redacción. Según este colectivo, se están sucediendo recursos e impugnaciones de pruebas físicas por presuntas modificaciones en circuitos, así como por alteraciones en los llamamientos para la realización de una prueba».

Por otro lado, señalan que existe «un trato desigual e injusto hacia los aspirantes en la asignación de los méritos, especialmente en la valoración del trabajo, con unas diferencias en las puntuaciones bastante llamativas».

En esta valoración, aseguran que «intervinieron únicamente el jefe, oficiales y suboficiales, sin pedir opinión a los mandos intermedios directos, que son quienes mejor conocen la labor desempeñada por los aspirantes día a día».

Además, critican que el tribunal ha cambiado lo establecido en las bases publicadas. Han cambiado las reglas del juego a mitad del partido».

Y es que estos procesos selectivos de promoción interna se dividen en dos fases cuya puntuacuión se suma al final: una de concurso, donde cuentan los méritos, y una de oposición, en la que puntúan las pruebas selectivas. Estas pruebas, según las bases de la oferta de empleo, finalizan cuando los aspirantes superan un período de prácticas, nunca superior a dos meses. Sin embargo, denuncian que muchos no han realizado esas prácticas, pero que «el tribunal ha decidido sumar la puntuación», perjudicando a todos aquellos que no han podido terminar o realizar esta parte de la oposición.

Los aspirantes hacen hincapié en la «situación tan extraña y el oscurantismo de los procesos selectivos, que perjudican tanto a los aspirantes como a la imagen del cuerpo, que lleva sirviendo a los murcianos desde hace más de 160 años».