Los propietarios del ático de un edificio de la calle Ericas del barrio de San Andrés de Murcia vivieron en sus propias carnes, el sábado por la noche, un asalto a su vivienda. Al escuchar el estruendo de cristales rotos en torno a la medianoche, llamaron a la Policía. Cuando los ladrones, que accedieron a la cuarta planta con herramientas para escalar, comprobaron que los moradores se encontraban en el interior del domicilio huyeron a través del patio de luces, bajando por un tubo de salida de humos.

Poco después se personaron en la zona varios efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, que interrogaron a los peatones que transitaban por la calle para saber si los cacos habían huido o se encontraban en el interior del edificio.

Tras esto, accedieron al ático y allí encontraron las herramientas con las que habían conseguido trepar hasta la cuarta planta. Los agentes consideraron entonces que los ladrones no podían estar muy lejos y que al haberse descolgado por el patio de luces se encontrarían en alguna casa de las plantas inferiores.

De este modo, tres agentes de la UPR tocaron a la puerta del piso inmediatamente inferior, el tercero. El dueño les abrió la puerta e informó a los policías de que no había nadie más en el interior además de su mujer. Ante la actitud nerviosa que mostró el propietario, los efectivos de la UPR insistieron y le preguntaron si podían acceder a la casa. Una vez dentro, encontraron a dos jóvenes, los presuntos autores del robo, que se habían escondido en el interior de la vivienda tras coaccionar al matrimonio que vive en ella, después de intentar robar también en su domicilio y ser pillados de nuevo in fraganti por sus moradores.

En ese momento, se inició un forcejeo entre los tres efectivos y los dos presuntos ladrones, que opusieron mucha resistencia. De la disputa resultaron heridos dos de los agentes, según informaron varios testigos a esta Redacción.

El ahora detenido, J. D. G.

Fuentes de la Policía Nacional informaron de que en la operación se detuvo a los dos jóvenes, ambos españoles. Uno de ellos, un chico de 23 años con antecedentes y el otro, de 21 años, que resultó ser el motorista fugado, J. D. G., tras arrollar a un guardia civil en un control el pasado domingo 6 de agosto y sobre el cual existía una requisitoria para entrar en prisión por robo con fuerza.

Los dos arrestados están imputados por los delitos de robo con fuerza, allanamiento de morada, coacciones y atentado a la autoridad.