Los basureros a los que les toca la zona de Espíritu Santo, en Espinardo, se ven obligados a trabajar con escolta policial para evitar agresiones por parte de los vecinos. Así lo confirmaron desde la empresa Cespa, encargada de la limpieza viaria en el municipio.

Fuentes de esta compañía explicaron que la medida se ha puesto en marcha a raíz de un incidente que tuvo lugar el jueves de la semana pasada, cuando unas personas lanzaron una piedra contra el camión de la basura.

Resultado, un cristal roto. Por suerte, ningún trabajador salió herido.La situación de inseguridad hizo a la empresa tomar cartas en el asunto: la basura en la zona estuvo unos días sin recogerse hasta que se confirmó que los empleados gozarían de protección por parte de la Policía. «Esperamos que se calmen los ánimos», desean desde Cespa.

Esta medida está contemplada en el protocolo, y no es la primera vez que se pone en marcha en Murcia. Ya hubo escolta policial en La Fama, hace unos meses.

Tanto La Fama, en el casco urbano, como Espíritu Santo, en la pedanía de Espinardo, son barrios tristemente conocidos por la venta de drogas en sus viviendas. La Policía lleva a cabo habitualmente redadas en la zona, que se saldan con el decomiso de una cantidad de droga y, asiduamente, con el arresto de sospechosos. En estas redadas suelen producirse escenas de tensión, con vecinos increpando tanto a agentes como a medios de comunicación.

La rumorología, mientras tanto, se puso en marcha, y vecinos de otras zonas de Espinardo, ante el incidente de la piedra, se alarmaron y pusieron a funcionar el teléfono roto. La cuestión: días después del suceso, ya había quien aseguraba que lo que les pasó a los basureros es que les pegaron tiros desde un balcón.

Ramas de palmera, bolsas de basura y hasta un sofá roto se quedaban toda la noche junto a los contenedores del barrio Espíritu Santo. El motivo: esa noche no pasó ningún camión a recoger la basura. LA OPINIÓN estuvo esperando de once menos cuarto de la noche a una de la madrugada y nada (desde Cespa habían indicado previamente que el camión pasaría sobre las once de la noche). Vecinos de la zona achacan esta no recogida de basuras al problema que hay con algunos residentes conflictivos. Pese al respaldo policial, consideran, aún hay carencias.

«Estamos en una situación que es un disparate», asegura José Antonio García Baños, presidente de la Asociación de Vecinos de Espinardo. Asevera que «si no ponen servicios de Policía alrededor de los barrenderos, no salen a barrer», algo que los propios trabajadores admitían hace unos meses a LA OPINIÓN. «Es una cuestión que clama al cielo», dice.

Las bandas infantiles que aterrorizaban a los vecinos desde hace meses, y que parecían haber dado una tregua, están volviendo a actuar en la pedanía, denuncia García Baños. Asegura al respecto que atracan a la gente por la calle y en sus tiendas, que les apedrean y les roban. De ahí que exija más presencia policial.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Espinardo enumera casos recientes de personas que han sido asaltadas en la calle. Relata, por ejemplo, que hace unos días «unos niños robaron a un hombre la cartera, él salió corriendo detrás de ellos, se tropezó, se cayó y se lisió».

Cuando salió a la luz este problema de inseguridad en la pedanía, después de que lo publicase LA OPINIÓN, «empezamos a ver algunos síntomas de mejoría», reconoce García Baños. Pero el tema ya no está candente. «Se asaltan a vecinos, fuera y dentro de sus domicilios y la inseguridad vuelve a campear por Espinardo. ¿Estamos de vacaciones o qué pasa?», escriben los vecinos en un comunicado.