Reducir los días de hospitalización, limitar las complicaciones y agilizar la recuperación son algunas de las ventajas que tienen las técnicas no invasivas que lleva a cabo el equipo de Hemodinámica e Intervención Cardíaca del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia para el recambio de una válvula frente a una operación quirúrgica, en la que el paciente siempre está expuesto a mayores riesgos.

Precisamente en este campo el equipo que dirige el cardiólogo Mariano Valdés Chávarri, jefe de servicio de Cardiología del hospital de El Palmar, acaba de dar un paso más y hace sólo unos días llevó a cabo el primer implante de una válvula percutánea sobre una válvula tricúspide en un paciente mayor que sólo tres días después ya se encuentra en casa realizando prácticamente su vida habitual.

Se trata de la primera vez que se realiza este procedimiento en la Región de Murcia, de los que sólo se han hecho una decena en toda España, según indica el propio doctor Valdés.

La mayor ventaja del acceso percutáneo para la colocación de una válvula es que todo se hace mediante una pequeña incisión en la ingle sin necesidad de abrir al enfermo.

Antonio Ruiz es el paciente de 77 años que se sometió a este proceso la pasada semana en la Arrixaca. En el año 2006 ya fue operado para colocarle una válvula tricúspide en la zona derecha del corazón que ayudara a bombear la sangre desde la aurícula derecha al ventrículo derecho, pero tras la intervención sufrió varias complicaciones que le llevaron a pasar varios días en la UCI. Ahora, once años después, su situación no aconsejaba pasar por lo mismo, así que la opción que le ha dado el Servicio de Cardiología ha sido la mejor para su caso.

Mariano Valdés explica que aquella válvula que le colocaron en 2006, con el tiempo, ha degenerado, así que había que sustituirla por otra. En este caso, el equipo de cardiólogos intervencionistas, en el que también estaban los doctores Eduardo Pinar y Gonzalo de la Morena, junto al doctor Zunzunegui, que se ha desplazado desde el Gregorio Marañón de Madrid, llevaron a cabo la técnica en sólo unos minutos. En ella, mediante un catéter que entra por la ingle a través de la vena femoral, tras anestesiar la zona localmente, se introduce la nueva pieza plegada y montada sobre un balón que al hincharlo la libera y se fija sobre la parte dañada.

En este caso no se necesita anestesia general, el paciente está despierto en todo momento y, por lo general, a los tres días de haberle colocado la nueva válvula se pueden marchar a casa si no se presentan complicaciones. Los pacientes no pasan por la UCI, sino que van directamente a planta, al día siguiente ya se levantan y caminan por los pasillos y 48 horas después se hace una evaluación para darles el alta.

El servicio de Cardiología llevó a cabo en el año 2008 el primer procedimiento de recambio valvular no quirúrgico y desde entonces ha llevado a cabo más de 420, aunque «la mayoría de las válvulas que colocamos son aórticas», dice el doctor Valdés, que recuerda la importancia de este último caso al ser el primero de estas características en la Región de Murcia. Aunque reconoce que el coste es mayor (una operación normal cuesta cerca de 9.000 euros y una válvula colocada con catéter 18.000), defiende que hay un mayor ahorro por menos días de hospitalización y menos complicaciones, sin necesidad de pasar por la UCI. Beneficios para el sistema de salud y para los pacientes.