En 1364 el concejo de Murcia compra armas en Alcaraz. Ya en esos años trabaja en Murcia el herrero moro Mahomat Borraz, que hace puntas de lanza. Al tiempo, el judío Yahuda también fabrica puntas de lanza y algún cuchillo. Pedro I enviaba al tiempo a Murcia a Mahomat con su hermano y sus hijos, para reparar los ingenios bélicos de defensa de Cartagena, pagándoles a cinco maravedíes diarios al jefe y tres a los ayudantes.

Al tiempo se están arreglando en Murcia, bajo la supervisión de Pascual Pedriñán, los ocho ingenios bélicos existentes y se construye un trabuco nuevo (se trata de un tipo de cañón). Los expertos reparadores los dirigía el ingeniero real Abrahim. Para 1367 se ordenaba al responsable militar murciano Pascual Pedriñán que enviara a Segura de la Sierra los hierros y pertrechos de un trabuco, al alcaide de dicho castillo. Meses después se ordenaba a Lope García de Villodre que enviara a la fortaleza de Lorca dos trabucos y los hombres y bueyes precisos para su traslado.

En 1391 las armas blancas las fabricaba el mencionado judío Yahuda, que no contento con su trabajo en Murcia se traslada a Callosa, con tan mala fortuna, que debido a la persecución contra los judíos de ese año, volvió rápidamente a refugiarse a Murcia, abandonando allí todo su material de trabajo. En torno a octubre de 1392, encontramos al murciano Diego Alfonso viviendo en Orihuela a donde había huido para librarse de la justicia murciana, por falsas acusaciones. Resultaba que era experto en fabricar lombardas (cañones de gran calibre), pólvora e incluso reparaba el tipo de cañón conocido como trabuco y otros ingenios militares. El concejo le pidió y rogó que volviera a su tierra, cosa que hizo.

En abril de 1395 Murcia, para equipar de armas a la Hermandad, enviaba a comprarlas, a Barcelona, al escribano Fernando Tacón. Trajo 132 escudos, 30 ballestas genovesas, 100 ballestas blancas con sus cintos, 100 bacinetes genoveses, cotas de malla, brazales. Llegado el año de 1407 el concejo de Murcia invertía en material de guerra, comprando escalas, dos quintales de pólvora, quinientas docenas de piezas para el almacén y una arroba de «yerba de ballesteros», para fabricar veneno. Pocos años después, en 1432, las espadas y cuchillos los hacían en Murcia Pedro González y Alfonso Pérez de Escanilla. Los armeros eran Alfonso y Miguel de Miralles. En este gremio destacaron el moro Dubiato, que fabricaba lombardas y truenos y el cristiano Pedro Simón, experto también en fabricar «armas de trueno».

En el verano de 1442 se construía en Murcia una lombarda siendo sus artífices el cristiano Juan Vizcaíno, el judío Salomón Calema, y los moros Cad Alcaçes, Abrahim, Alhajar, Tenblus y Dico. En julio de 1469 los armeros murcianos pedían al concejo la redacción de unas ordenanzas que pusieran orden y control en su gremio.