Puñales, espadas, escudos, lanzas, ballestas, cañones, «armas de trueno», cotas, cascos o ingenios de defensa de la ciudad. Absolutamente nada se ha encontrado, de momento, y de todo se utilizó. Algunas armas, las menos, se fabricaron en Murcia, en tanto que la mayoría las importamos de Génova, Barcelona, Aragón o de Alcaraz, de hecho a esta población fueron los murcianos a comprar armas en 1266, obteniendo franquicias tributarias.

A los siglos XI y XII corresponden una espada y una punta de flecha encontradas al pie del castillo de Moratalla. Son musulmanas las armas encontradas en el castillo de Tirieza, perteneciente al reino nazarí hasta que en 1433 es conquistado y pasa a depender de Lorca. En este castillo rural de la vanguardia granadina se han encontrado un virote (puntas de flecha de ballesta), dos ejemplares de nuez de ballesta, punta de lanza, punta de flecha y proyectiles de piedra de un trabuquete (catapulta). En el castillo de Feli en Purias, también de Lorca, se encontró una punta de virote y en el casco urbano lorquino se han encontrado una nuez de ballesta y un proyectil de piedra.

Los caballeros de la segunda mitad de siglo XIII sabemos que solían llevar escudo, espada y lanza. Una imagen de ello la hemos encontrado grabada en las paredes de las casas de Siyasa (Cieza). La primera referencia escrita sobre armas en Murcia se remonta al sábado 30 de enero de 1266, cuando se describe a ciento cincuenta ballesteros de Tortosa que venían con Jaime I, situándose extramuros, cerca del alcázar Nasir. Ellos fueron, junto a otros 50 caballeros y los templarios, los primeros en entrar en la ciudad de Murcia, tras la capitulación realizada el martes 26 de enero. El anagrama templario nos muestra a dos caballeros compartiendo caballo, con sendas lanzas y una leyenda mezcla de griego y latín que traducida viene a decir 'El sello de los soldados de Cristo'.

Las siguientes referencias nos las ofrecen las Cantigas de Alfonso X El Sabio, algunas de ellas compuestas en Murcia. Sus ilustraciones nos muestran ingenios y máquinas de guerra (pertrechos), ballestas de varios tipos, espadas, lanzas, jabalinas, escudos, arcos, cotas de malla o cascos. Imágenes completadas por los datos de las Siete Partidas.

La ballesta, que será muy común en Murcia en el siglo XIV, se introduce en España a comienzos del siglo XIII. Los principales núcleos de fabricación de esta arma estarán en la Córdoba musulmana y en Baleares. Su producción será común, además, en Barcelona, Zaragoza y Vizcaya. Alfonso X menciona en las Siete Partidas los tipos y tamaños de la ballesta, quedando reflejada en Las Cantigas. Los tres tipos eran los siguientes: de estribera pequeña, para tensar con el pie por un hombre; de estribera grande, que precisaba de un gancho en el cinturón del guerrero para poder tensarla y la ballesta de torno, precisaba una estructura de madera (Cureña) o un carro.

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