El delegado del Gobierno en la Región, Antonio Sánchez-Solís, insistió ayer en que la ley no le permitía prohibir una concentración como la que tuvo lugar el sábado pasado en Murcia por parte del colectivo Lo Nuestro, vinculado a la extrema derecha, a la misma hora en la que se celebraba el desfile del Orgullo Gay. Sánchez-Solís indicó que, en función de una ley orgánica de 1983 y de diversa jurisprudencia del Tribunal Constitucional, el derecho de reunión siempre prima, y la Delegación solo puede darse por enterada cuando un colectivo comunique en tiempo y forma, en un plazo mínimo de 10 días, su intención de ejercerlo en la vía pública.

Sánchez-Solís compareció ayer para defender la actuación de la Delegación del Gobierno y de la Policía Nacional ante la polémica creada, que ha llevado a algunos grupos políticos, como PSOE y Podemos, a exigir su dimisión. El delegado aclaró que solo se puede prohibir una manifestación cuando existen «elementos firmes o indiscutibles sobre un peligro concreto», y no «meras suposiciones» de que puede pasar algo. Aún así, defiende el delegado, la Delegación cambió la ubicación de la concentración del grupo de ultraderecha para evitar que coincidiera con el paso del desfile del Orgullo Gay y con otra concentración de extrema izquierda de la que tenía constancia la Policía.

Sánchez-Solís reiteró que no hay constancia de ninguna denuncia por parte de miembros del colectivo LGTBI sobre agresiones durante el desfile. El único incidente violento que se produjo, según el delegado del Gobierno, fue la agresión que sufrió un fotógrafo de LA OPINIÓN por parte de un miembro de Lo Nuestro.

«Volveríamos a actuar de la misma manera, de lo contrario sería tomar decisiones injustas a sabiendas», afirmó el delegado del Gobierno, quien defendió la actuación policial «desde el minuto uno hasta el final en su labor de preservar el orden público».

El informe policial sobre la jornada indica que el dispositivo se inició en torno a las 17.45 horas en el entorno del parque Fofó, donde estaban convocados los ultraderechistas, la avenida de la Constitución, de donde partía la marcha LGTB, y la plaza Circular, donde se iban a congregar colectivos de extrema izquierda. La primera incidencia registrada tuvo lugar a las 18.10 horas, con la presencia de una treintena de extremistas de izquierda que se encaminaban al parque Fofó y «se disgregaron» ante la presencia policial.

Miembros de este grupo fueron identificados y cacheados también en torno a la misma hora en la plaza de la Fuensanta y allí tuvo lugar un incidente con el diputado de Podemos Javier Sánchez Serna, que pidió explicaciones a la Policía por las identificaciones y se negó a mostrar su DNI, enseñando solo su credencial de diputado.

El delegado sí admitió que miembros del colectivo de extrema derecha agredieron verbalmente a los participantes en el desfile, pero la Policía los dispersó de la zona, aunque no los identificó.