El TSJ ha declarado improcedente el despido de Hristo I., el portero que agredió al joven Andrés Martínez, del centro de menores en el que trabajaba también. La dirección de este centro decidió despedirlo y, según la sentencia, no está justificado.

Cuando mandó a la UCI al joven Andrés Martínez de un puñetazo, Hristo I., búlgaro afincado en España, tenía dos trabajos en Murcia: como portero de discoteca, para el Grupo Temporáneo, y como auxiliar de control educativo en Las Moreras, para Diagrama. Después del golpe, y de ingresar días después en prisión provisional, lo echaron de los dos.

Diagrama alegaba que el despido es procedente, porque la agresión dañó también su imagen. Sin embargo, los jueces consideran que se vulneró su presunción de inocencia y consideran la decisión improcedente. La sentencia puede recurrirse.

La defensa del búlgaro siempre ha subrayado que los hechos no se produjeron en horario laboral y que no es un suceso que tenga que ver con la labor del hombre en el centro, donde son internadas personas menores de edad que previamente han sido condenadas por un delito o una infracción grave.

Hristo I continúa en prisión provisional por la agresión.