Mariano Pelegrín un día se vio en el cruce de una carretera en mitad de la provincia de Teruel. En una señal de información ponía 'Santuario de la Virgen de la Fuensanta de Villel', y la única Virgen de la Fuensanta que él conocía estaba a 330 kilómetros de allí, aguardando en el Santuario de su Murcia natal. Sin dudarlo mucho, se acercó hasta el diminuto pueblo y allí se encontró una talla de madera policromada con manto blanco inmaculado, con un niño en brazos, y un rastrillo dorado enorme sobre la escultura. Era la Fuensanta de Villel, y era también el comienzo de una idea que hoy se hace literatura.

Ingeniero Técnico de Minas, y exfuncionario de la Confederación Hidrográfica del Segura, dio un vuelco a sus gustos profesionales y empezó un viaje que le llevó por 15 provincias en busca de todas las Vírgenes de la Fuensanta de España. El próximo miércoles 31 de mayo presenta un libro donde recopila hasta 23 figuras que rigen alguna iglesia a lo largo y ancho de la Península.

«Cuenca fue el primer viaje que tuve, en busca de la Virgen de Huerta de la Obispalía, después recorrí Andalucía. En todos los pueblos que he visitado he percibido una enorme devoción por la Fuensanta, y en todos ellos siempre me han dicho que han visitado Murcia para admirar a nuestra Patrona», explica Mariano. En total, tres años de carretera con su mujer Fuensanta de copiloto y su Nikkon detrás han sido una forma amena de aprovechar la jubilación. «En esas localidades conocían a la patrona de Murcia, me decían que lo que teníamos aquí no se podía comparar con lo que se venera en sus templos», y en cierto modo es verdad. Si uno revisa las fotografías con las que Mariano ilustra el libro puede observar como las tallas son más pequeñas, algunas muy sobrias, esculturas que presiden el altar de unas iglesias que no poseen un retablo barroco como el que lidera el Santuario de la Patrona murciana. En Málaga, en el pequeño pueblo de Coín, encontró una Fuensanta de siete centímetros, medidos a la perfección por su camarera, cuyo escapulario era más grande que ella.

«Internet me ayudó bastante a la hora de buscar dónde se escondían las vírgenes y, por su parte, el Obispado de Cartagena también me echó una mano». En sus breves descripciones previas a enseñar las Fuensantas españolas analiza la historia de los pueblos, las ermitas que las guardan y algunos misterios y anécdotas curiosas. «En Mallorca, en el municipio de Campos, la virgen no estaba expuesta en el altar. El párroco me guió hasta un almacén anexo a la ermita, donde guardaban a la Fuensanta. ¿El motivo? Que era tan fea que no la quería mostrar a los visitantes».

Romerías

En estos días de finales de mayo, señala Mariano, es cuando una gran cantidad de estos pueblos celebran la romería de la Virgen, sacándola en volandas de la ermita, dando un paseo con ella y celebrando una comida grupal de los pocos habitantes que pueda tener la comarca. Cuando hablaba con los ciudadanos muchos se sinceraban, nuestra romería es la mejor, la envidiaban». «Había imágenes del siglo XII y algunas del siglo XV, entre esos siglos se encuentran todas las del patronazgo de la Virgen de la Fuensanta». El escritor explica que entre todas las Fuensantas que visitó, destacaban una que portaba un ramo de flores en vez del Niño, y otra, la de Talamanca de Jarama, aparece amantando a su hijo.

Mariano ahora está apuntando su cámara a otros objetivos, más concretamente a las ermitas de la costa murciana. «Desde Águilas a San Pedro del Pinatar tengo intención de capturar la esencia de aquellos templos religiosos que queden en pie».

Mariano C. Pelegrín. Escritor e Ingeniero Técnico de Minas

Fue funcionario de la Confederación Hidrográfica del Segura y ahora, jubilado, presenta un libro donde muestra sus viajes por España en busca de las embajadas de la Fuensanta. No es su primer libro. Con estudios historiográficos, este murciano ya le ha dedicado un libro a las Placas y epígrafes conmemorativos en la ciudad de Murcia y a Las hornacinas de la ciudad de Murcia, ambos publicados por la Real Academia de Alfonso X el Sabio. El escritor también ha publicado Las ermitas de Murcia, su huerta y su campo.