«Pregunto y me dicen que me espere a que me llegue una carta, pero llevo sin ver a mi nieta un mes», lamentaba ayer Isabel Mª Meseguer, la abuela de la niña fugada de El Palmar. La pequeña, de nombre Mª Dolores, vive actualmente en un centro de menores de la Comunidad, que asumió su tutela. Su madre, Loli (que huyó con su hija de la Región para evitar que la metiesen en un centro, cosa que finalmente ocurrió), sufre una discapacidad de grado 51 como consecuencia de una enfermedad. Y el resto de sus parientes no son aptos, según Servicios Sociales, para tener la custodia.

La había solicitado formalmente el tío materno de la pequeña, Francisco Javier, pero este joven pasaba ayer mismo por la Ciudad de la Justicia de Murcia, tras una denuncia de su pareja por violencia machista. «Me pide el juez un año de prisión y solamente discutimos», asegura el chico, que tiene antecedentes por hechos similares con una expareja. «Me han arruinado la vida en un día y ya se ha acabado lo de la custodia por mi parte», lamenta.

Por su parte, la abuela de la pequeña insiste en que desde Servicios Sociales no le permiten «mandarle ropa» a Mª Dolores al centro, y que la niña «va siempre con las mismas mallas». La madre, Loli, puede ver a su hija un día a la semana (el domingo) y durante solamente una hora, según asegura Isabel Mª Meseguer.

«Vamos a intentar que nos den a la niña por todos los medios», insiste la mujer.

Este diario intentó recabar ayer la versión de la Consejería de Familia de la Región sobre este asunto, sin éxito.