El colegio Jesuitinas funciona desde ayer de nuevo a pleno rendimiento, pese al susto del fin de semana, cuando un incendio calcinó un aula del centro.

Tal y como estaba previsto, las clases se retomaron ayer, pese a las dificultades que el contratiempo del incendio acarreó. De esta manera, decenas de estudiantes han tenido que ser reubicados en otra zona del inmueble, pero eso no impide que las clases se desarrollen con normalidad, explicó el director, Antonio Grau. «Todo está funcionando», dejó claro.

No obstante, operarios permanecían ayer trabajando sobre los escombros del aula siniestrada. Lo hacían con chalecos reflectantes y cascos, estos últimos para protegerse por si aún se desprendían trozos de la escaloya calcinada del techo y las paredes. Tocaba apuntalar las ruinas, con la perspectiva de que los trabajos durarán todo el tiempo que queda de curso. Mientras, en un camión iban llevando las nuevas mesas para los escolares. El fuego arrasó con todo.

«En Dios nuestra esperanza»

Durante estos días, tras el susto, profesores del centro se esmeraron en limpiar de hollín las paredes, con el fin de adecentar las instalaciones. El colegio, de credo católico, cuenta actualmente con más de mil alumnos.

Las investigaciones sobre las causas que originaron el fuego continúan abiertas, aunque la opción más probable parece la de un cortocircuito.

El colegio Santa María de La Paz renace así de sus cenizas, literalmente, como si del Ave Fénix se tratase. Dado que el fuego se originó de madrugada (del sábado al domingo), no había nadie en el centro en aquel momento, por lo que no hubo que lamentar daños personales. El fuego afectó principalmente a una de las aulas del segundo piso, donde estaban los alumnos de 5º de Primaria. Estos estudiantes han visto cómo su clase ha quedado reducida a escombros, así que ahora han de dar todas las asignaturas en otra aula. El incidente del fin de semana no afecta, de este modo, al normal desarrollo del curso escolar.