Carlos V. P. no vive en Murcia, sino en Madrid, y viajó el pasado fin de semana a la capital del Segura «porque quería descansar de Madrid, quería relajarme y tenía una amiga murciana con la que hablaba por teléfono e Instagram». Se hospedó esa noche en un hotel del barrio del Carmen de Murcia y se fue al céntrico bar República con un grupo de amigos. Después, confiesa que se fue con esos amigos «a dar una vuelta para bajar la cerveza que habíamos bebido» cuando pasaron por la calle de ´La Boca del Lobo´, donde «vimos una especie de trifulca y nos acercamos para curiosear». Vio un grupo grande de gente en el que había movimiento, aunque no supo precisar si le estaban pegando a alguien. Por supuesto, también rechazó que él participara en la pelea.

Preguntado por qué luego no auxilió a la chica golpeada, Carlos declaró que en ese momento «no estaba en facultades de decidir, pues en ese momento iba a lo mío, con el cieguillo». Al verse en ese momento solo en Murcia y con la gente corriendo a su alrededor, el declarante afirmó que, «por instito», su reacción fue también la de correr».

Negó que perteneciera a grupos de extrema izquierda, afirmó que respeta a la gente de derechas y que no va a volver «a pisar Murcia». Preguntado por el motivo por el que llevaba encima un gas pimienta y un botellín de cerveza, respondió que reside en un barrio peligroso de Madrid y debe llevar medios para su autodefensa y que el botellín lo llevaba «porque me gusta mucho la cerveza Estrella de Levante y me lo llevé como recuerdo para Madrid».

Carlos V. P. declaró también que no tenía ninguna relación anterior con otros detenidos. Al principal acusado, Alejandro E. S., lo conoció cuando se los llevaron a ambos arrestados en el coche policial. «Mejor persona que yo no hay nadie», llegó a manifestar.