El propietario del pub de Murcia en cuya puerta resultó agredida brutalmente una joven a manos de una decena de encapuchados el pasado domingo ha afirmado que el establecimiento carece de portero y que el hombre que se encuentra en la puerta en el momento del ataque es uno de los camareros que se quedó "petrificado" al abrir la puerta y encontrarse con la "avalancha" de los agresores.

En declaraciones a Europa Press, el propietario del bar ha mostrado su repudio y condena hacia lo sucedido, al tiempo que ha expresado su deseo de que la joven agredida se recupere cuanto antes. "Lo sentimos muchísimo por la chica", ha explicado el dueño del local, quien supone que la víctima "debe ser una cliente habitual" de su establecimiento, aunque no la conocía.

En este sentido, el propietario ha asegurado que todos los hechos tuvieron lugar en exterior del establecimiento, un conocido bar de copas de la zona de las tascas de la ciudad de Murcia que se caracteriza por ser "muy tranquilo" y no tener "ideología política". De hecho, el dueño asegura que lo que une a sus clientes es "solo la música".

"Es un bar muy pequeño, con entrada libre, y nos repartimos el trabajo", ha señalado el propietario, quien ha destacado que el hombre que se observa durante la grabación realizada por unos testigos en la puerta del local es uno de los dos camareros, quienes se alternan en sus funciones para atender la barra y abrir la puerta.

"Llamaron a la puerta y se quedó petrificado al encontrar la avalancha", ha señalado el propietario del local, quien ha tildado de "cobardes" a los agresores por atacar en grupo de una chica. Él mismo se encontraba en el interior del local en el momento de la agresión, pero afirma que cuando se fueron a dar cuenta y salieron al exterior, los agresores ya habían huido y no les dio tiempo a intervenir. "Nos pilló de sorpresa", subraya.

"No es una cosa de borrachos, sino que la agresión debía estar planificada y organizada", sostiene el propietario del local, quien recuerda que no es la primera vez que sucede algo así en la ciudad y no solo en pubs o bares de copas, sino incluso en pastelerías.

"No es la primera vez ni será la última si no se ponen soluciones", lamenta el propietario, quien critica que no se adoptarán medidas "hasta que no ocurra una desgracia más gorda". Este tipo de grupos de agresores, añade, "están politizados, es algo que ya se sabe, y hacen quedadas: cuando no es uno, es otro".

"Hay rivalidad entre bandas ultras", añade el duelo del local, quien cree que, en este caso, los agresores "debían estar siguiendo a la chica o estaban organizados". En cualquier caso, lamenta que demostraron un odio "de cobardes".