La urna de plata que contiene las reliquias de San Fulgencio abría ayer en el Obispado la procesión claustral que dio inicio a la celebración de la fiesta del patrón de la Diócesis de Cartagena. Decenas de sacerdotes caminaron tras los restos del santo cartagenero que fueron portados por los diáconos. Al llegar al presbiterio comenzó la Eucaristía, presidida por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, por el rito hispano-mozárabe.

Cientos de fieles asistieron a la celebración, que siguieron gracias a un libro, en el que se indicaban y explicaban las distintas partes de la liturgia, que fueron cantada por el coro del Seminario Mayor San Fulgencio.

Lorca Planes explicó en su homilía que «San Fulgencio fue un recio defensor de la fe y fiel a la voluntad de Dios», lo que lo hace ejemplo de fe y coherencia. «Aprendamos a seguir los pasos del Señor, aunque sea en el silencio de nuestras limitaciones», añadió el obispo. Asimismo, Lorca Planes recordó la oportunidad de vivir con «intensidad la experiencia de acercarnos a su Cruz, a la Vera Cruz», haciendo referencia al Año Jubilar que se está celebrando en Caravaca. Tras la eucaristía, cientos de murcianos esperaban a que las puertas del Palacio Episcopal se abrieran para continuar con la celebración del patrón de la Diócesis.

En el claustro del Palacio Episcopal se sirvieron cerca de 400 kilos de boniato dulce y mistela. Este postre era el tradicional con el que se celebraba esta festividad en el seminario diocesano que toma el nombre del patrón de la Diócesis de Cartagena.