Con más abuelos y padres que niños, y más niños que policías patrullando con sus monopatines los alrededores del escenario, el Auto de los Reyes Magos se representó ayer en la Plaza Belluga, donde tuvo un espacio importante el «costumbrismo murciano», según apunta la Asociación para la conservación del Auto de Reyes Magos de Churra. Con una narración acompañada por el acento huertano y un pesebre pisado por esparteñas, la obra recogió episodios como la Aparición de la Estrella a los Magos, la visita al Rey Herodes, la Adoración al Niño Dios y el Martirio de los Inocentes.

Los actores, exentos de estudios profesionales en teatro ya que la organización primó a «las gentes del pueblo», sorprendieron al público con una actuación realizada por los churreros. Con un Baltasar más disfrazado de negro que de rey y Herodes fumando en el 'backstage', la representación contó con la voz protagonista de Rebeca y Josepe, dos pastores vestidos con el traje típico regional, que supieron darle un ritmo muy dinámico y entretenido tuvo como resultado el aplauso del público después de cada escena. La obra contó con un total de 22 actores dirigidos por Juan José Ferrer. Al acto acudieron el alcalde de Murcia, José Ballesta, y el concejal de Cultura, Jesús Pacheco.

Este Auto de los Reyes Magos quiere aspirar a pertenecer «al variado mosaico de tradiciones murcianas», explica la organización.