La decisión del presidente de la CROEM, José María Albarracín, de dejar su puesto al frente de la patronal en 2018 ha abierto la incógnita de la sucesión en la patronal, aunque muchos dirigentes se niegan a aceptar su marcha y se muestran dispuestos a convencerlo para que se quede. De los seis vicepresidentes de la Confederación que podrían considerarse la primera fila del banquillo, solo a Juan Marín, vicepresidente de Proexport, se le considera dispuesto a optar a la presidencia de la patronal. Los otros cinco no se plantean la opción de presentarse, aunque fuentes empresariales apuntan que el presidente de la patronal de Lorca, Antonio García Díaz, reúne un perfil adecuado para liderar la patronal regional a juicio de Albarracín.

Aunque la cúpula empresarial es el núcleo duro del que han salido los dos presidentes de la CROEM anteriores a Albarracín, Miguel del Toro y Tomás Zamora, él mismo rompió la norma, dado que ni siquiera formaba parte del comité ejecutivo cuando se presentó.

El presidente de la CROEM, que ha confirmado su intención de marcharse cuando cumpla sus primeros cuatro años de mandato y su interés por ser candidato a la Cámara de Comercio de Murcia cuando se convoquen nuevas elecciones en la corporación, compitió en 2013 con otros dos aspirantes, los presidente de la patronal de Cartagena COEC, Pedro Pablo Hernández, y de la Federación de Cooperativas Agrarias (Fecoam), Santiago Martínez Gabaldón, aunque este último se retiró antes de la asamblea en la que votaron los empresarios. También se llegó anunciar la candidatura de la farmacéutica Sara Peñalver, apoyada por la FREMM, que finalmente no se presentó.

El presidente de Fecoam no se plantea competir otra vez. Santiago Martínez dice que ya consiguió su propósito cuando retiró su candidatura, al obtener cuatro puestos en la dirección de la CROEM.

Tampoco Pedro Pablo Hernández tiene intención de volver a presentarse. Según fuentes del entorno del presidente de COEC, Hernández está cómodo en su vicepresidencia por Cartagena y no tiene motivos para someterse al desgaste que conlleva un proceso electoral dentro de la Confederación.

De los seis vicepresidentes que tiene la CROEM, en este momento solo a Juan Marín, que representa al sector agroalimentario, se le considera dispuesto a ocupar el puesto de Albarracín. Marín ya obtuvo hace tres años el apoyo de los exportadores cuando se disputaba la vicepresidencia y ahora podría optar a la presidencia. Nacido en Lorca en 1966, Marín Bravo preside un grupo empresarial dedicado a la exportación de hortalizas y lidera una organización constituida por 53 grandes compañías exportadoras que concentran gran parte de la producción regional.

El presidente de CECLOR, que tiene 42 años, es licenciado en Derecho y Económicas y ha trabajado fuera de España como directivo de una empresa de alimentación antes de volver a la empresa de su familia, sería un candidato bien visto a los ojos de Albarracín, según fuentes empresariales, pero él asegura que vive demasiado lejos para desempeñar una tarea que «necesita mucha dedicación». «Para mí sería un problema», asegura.

Por otra parte, los presidentes de la FREMM, Juan Antonio Muñoz; de Hostemur, Soledad Díaz; y de la Construcción, Luis Fernández Mula, señalan que no se han planteado presentarse por motivos diferentes en cada caso. Muñoz piensa retirarse al acabar su actual mandato en la FREMM, mientras que Soledad Díaz dejará este mes la presidencia de la federación de Hostelería.

José María Albarracín dio a conocer hace tiempo a algunos miembros de la cúpula de la patronal su intención de no presentarse a la reelección en 2018. En declaraciones a LA OPINIÓN, explicaba que es «un hombre de tiempos cortos», que consideraba necesario realizar una labor intensa durante unos pocos años para retirarse después. Ahora ha confirmado que está dispuesto a optar a la presidencia de la Cámara de Comercio de Murcia cuando se convoquen las elecciones, que ya llevan dos años y medio de retraso. Sin embargo, también hay empresarios dispuestos a convencerlo para que no deje la CROEM.

Si se cumplen las demandas de la Cámara de España a las comunidades autónomas que están retrasando los comicios por no haber adaptado su ley autonómica de Cámaras a la reforma aprobada por el Congreso, las nuevas corporaciones podrían constituirse en el plazo de un año o poco más.

Balibrea: «La CROEM y la Cámara son el cuchillo y el tenedor»

El presidente de la Cámara de Comercio de Murcia, Pedro García-Balibrea, que lleva dos años y medio esperando el relevo, asegura que valora los méritos del presidente de la CROEM, José María Albarracín. Sin embargo, ante la posibilidad de que durante unos meses Albarracín llegara a compatibilizar las presidencias de la Cámara y de la patronal, García-Balibrea advertía de que ambas instituciones son diferentes. «La CROEM y la Cámara son el cuchillo y el tenedor. Los dos son cubiertos, pero cada uno sirve para una cosa distinta», afirmó.

Candidatura La CEOE ve con buenos ojos el salto a la Cámara

José María Albarracín, que se ha ganado el reconocimiento de los empresarios por la labor que ha desarrollado al frente de la CROEM, sobre todo en el terreno financiero, tendría prácticamente asegurada su elección como presidente de la Cámara de Comercio Murcia, dado que para cualquier otro candidato sería muy difícil reunir los apoyos con los que él contaría. Su sola presencia puede disuadir a los posibles aspirantes, ya que la reforma de la Ley de Cámaras confiere una mayor presencia de la patronal en el pleno de la corporación cameral, lo que implica más votos en la elección del presidente. La decisión de Albarracín estaría avalada por la patronal CEOE, que ve con buenos ojos la posibilidad de que sus dirigentes opten a las Cámaras de Comercio, y por la Cámara de España, de la que forma parte.