Cataluña, Navarro o el País Vasco son algunas de las regiones españolas que ya han implantado el contenedor marrón o quinto contenedor en la calle, lo que obliga a los ciudadanos a hacer un esfuerzo más en sus domicilios particulares en beneficio del medio ambiente. Sin embargo, la Región de Murcia no cuenta con ninguna localidad que tenga este tipo de envases de recogida de residuos, pese al intento que la Comunidad Autónoma hizo a primeros de esta década.

Murcia podría convertirse en el primer municipio en tener este quinto contenedor, ya que la empresa concesionaria de recogida de basura y limpieza viaria, Cespa, que renovó el contrato por 20 años más hace seis ejercicios, lo llevaba en las mejoras ofrecidas al Ayuntamiento para que le adjudicara el que en su día se llamó 'el contrato del siglo' (esta concesión tiene un coste total para las arcas municipales de mil millones, de ahí el sobrenombre que se le puso). A este concurso convocado por la Administración local solo se presentó la firma que resultó elegida y que era la misma que lo había llevado anteriormente durantes otras dos décadas.

Fuentes de la empresa concesionaria indicaron que la idea de implantar esta 'recogida marrón' está en las previsiones que se presentaron al concurso del Ayuntamiento y que todo dependerá de la concejalía de Fomento y de la madurez que se observe en los ciudadanos, ya que tendrían que tener una nueva bolsa de basura para reciclar. Añadieron que la planta de Cañada Hermosa, centro neurálgico del reciclaje en el municipio, está preparada para ese proyecto, que no tendría dificultad.

La mayor complejidad -añaden- sería encontrarle una ubicación en las calles y concienciar a los vecinos y a los locales de restauración y comerciales. De momento, la concejalía de Fomento no se ha pronunciado sobre cuándo llegará el contendor marrón a la capital de la Región.

El quinto contenedor se utiliza para reciclar los biorresiduos, o basura orgánica generada en la cocina o en el jardín. Su objetivo es aumentar la recogida selectiva de dichos residuos orgánicos que, según la Directiva Marco de Residuos de 2008 (aplicada en España con la Ley 22/2011), deberá ser, como mínimo, el 50% del total en 2020. La materia orgánica supone el 40% de los residuos totales producidos, de ahí la importancia de tratarla de forma adecuada para evitar su impacto en el entorno de las ciudades y el medio ambiente.

El primer paso para utilizarlo de forma correcta es identificarlo, según explican los expertos en reciclaje. Por lo general es de color marrón, pero se puede encontrar en otros tonos, según el diseño elegido en cada municipio. Además del color, se le reconoce por su letrero informativo, como 'materia orgánica' o 'biorresiduos' (también en euskera y catalán, según la comunidad autónoma).

La clave es no depositar residuos impropios para no dificultar su tratamiento. El objetivo idóneo son los biorresiduos, tanto cocinados como sin cocinar: restos de frutos secos, pan troceado, cáscaras y conchas; posos y filtros de café, infusiones; hojas, flores, plantas verdes o secas, restos de huerta, césped, hojas y poda troceada; alimentos cocinados, restos de carne o pescado; y serrín natural y papel de cocina sucio. No obstante, en algunas localidades no se admiten algunos de estos residuos, normalmente los cocinados.