La pregunta sobre quién tiene la culpa de la muerte de Rosa, una anciana de Reus de 81 años que falleció el pasado lunes en un incendio provocado por una vela al tener cortado el suministro eléctrico por impago debido a su crítica situación económica, ha saltado a los medios de comunicación y martillea las conciencias de muchos. Ha tenido que suceder un hecho extremo para que salga a la palestra un problema que afecta a millones de familias españolas y que parece invisible, aunque los servicios sociales y las ONG ven cada día cómo centenares de personas se acercan a ellos para buscar una solución a lo que se conoce como ´pobreza energética´ (cuando el pago de la luz, el agua y el gas implica un trastorno en su economía que afecta al resto de necesidades básicas, lo que hace que muchas veces no se pueda afrontar).

En el municipio de Murcia, asociaciones como Cáritas, Cruz Roja, Jesús Abandonado o los servicios sociales del Ayuntamiento han detectado un preocupante incremento en los últimos cuatro años de las familias que no pueden hacer frente a los gastos básicos. Los hogares con bajos ingresos y con menores de edad a su cargo (especialmente en familias numerosas), y aquellos que padecen inestabilidad laboral son los que más probabilidades tienen de incurrir en situaciones de pobreza energética y Murcia lo sufre especialmente.

Desde Cáritas explican a esta Redacción que 600 familias de toda la Región, muchas de ellas en el municipio, han recurrido a la asociación para que les ayuden con el abono de las facturas porque no podían pagar el suministro eléctrico. «Ha habido 39 cortes de suministro por no llegar a tiempo para poder pagarlas o por no disponer de los 130 euros que cobran las compañías para restablecerlo. Muchas más que hace unos años», comenta una de las trabajadoras de la institución.

En ocasiones la situación es tan extrema que el no disponer de electricidad puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte, como un caso en un barrio de Murcia, «donde un señor que tenía tratamiento de oxigenoterapia tuvo que pedir ayuda a Cáritas para no quedarse sin suministro eléctrico y seguir con el tratamiento. Al final, gracias a la mediación del Ayuntamiento, se consiguió solucionar el problema», asegura.

Amparo Martínez, trabajadora social de Jesús Abandonado, destaca que «en los últimos años han aumentado las personas que se han dirigido a nosotros porque no pueden afrontar el pago de los recibos de agua y luz. Nosotros los ponemos en contacto con los servicios sociales del Ayuntamiento. Es prioritario que todas las familias tengan las necesidades básicas cubiertas».

Pero no son casos aislados. Y es que casi dos millones de hogares, o lo que es lo mismo, cerca de 6.200.000 personas, sufren pobreza energética en España, según un estudio de la asociación Economics for Energy. Para concretar esta cifra, la entidad ha recurrido a los indicadores basados en el ´Minimum Income Standard´ (MIS), que se define como «la renta que es precisa para disponer de las oportunidades y elecciones necesarias para participar en la sociedad». Estos indicadores relacionan el nivel de renta del hogar, una vez realizados sus pagos necesarios básicos (energía y vivienda), con el nivel de renta medio necesario para vivir. El estudio concluye que entre el 8% y el 9% de los hogares españoles sufre un problema de pobreza energética, la mayoría en las regiones del sur y sureste del país.

Debido a esta fragilidad en los hogares más vulnerables de la ciudad, el ayuntamiento de Murcia trabaja para evitar los cortes de suministro. Para ello se crearon las ´ayudas de emergencia social´, destinadas a la compra de alimentos básicos, ayudas de alquiler habitual y pagar facturas de agua o luz de los más necesitados. Estas ayudas de emergencia social pueden ser solicitadas por todas aquellas familias residentes en el municipio cuyos ingresos familiares no superen el 125% del salario mínimo y que puedan acreditar la situación de necesidad en el momento de cursar su solicitud, acudiendo al trabajador social correspondiente a su barrio o pedanía de residencia, solicitando cita previa en el teléfono 868 080 300.