La superficie edificada de viviendas unifamiliares y «espontáneas» en la huerta de Murcia se ha multiplicado por 12 desde que se tomó la primera ortofotografía de la zona allá por el año 1929. Y desde el año 2002 hasta el 2015 la construcción se han incrementado en una ratio de 500 casas por año.

Estas son dos de las conclusiones recogidas en el libro que sobre la huerta de Murcia y su evolución han elaborado los profesores de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Marcos Ros y Fernando García.

El trabajo comenzó en el año 2011 y, según puntualiza Marcos Ros, «el estudio se centra en las viviendas unifamiliares que han ido construyéndose de manera espontánea, no planificada».

Para ver su evolución, los profesores se han basado en seis vuelos ortofotográficos, desde el primero que realizó en 1929 Ruiz de Alda, hasta el último de 2015. En medio los de 1945, 1956, 1981, y 2002. «Hemos contado manualmente el número de viviendas que aparecían en cada nuevo vuelo y así hemos podido fijar la ratio», explica Ros. Los datos obtenidos los cruzaron después con los del catastro.

La evolución no puede ser más significativa: Se ha pasado de las 50 viviendas por año construidas desde el año 1929 a 1945; a las 500 en el periodo 2002-2015. «Ha sido un crecimiento progresivo; el goteo ha sido incesante sobre todo en los últimos 30 años», destaca el profesor, apuntando que esta construcción ha sido homogénea en todos los espacios de la huerta.

«Ni la crisis económica ha ralentizado esta tendencia, que es una suma de espontaneidad y de cultura de un nuevo modelo de vida en el que se quiere salir de la ciudad, aprovechando que la huerta ya no se inunda», argumenta el profesor.

Asimismo, se han seguido los mismos patrones según los terrenos, como que se construyen a pie de los caminos, de forma irregular, y que dejan libres 'bolsas' de huerta productiva.

«No es cierto que la huerta esté desapareciendo, según lo que hemos visto, lo que pasa es que estas bolsas están escondidas, pero pueden seguir siendo perfectamente productivas», destaca Marcos Ros, insistiendo en que más del 50% de la superficie de las parcelas serían rescatables para su cultivo.

En busca del equilibrio

Los profesores explican que los planes generales de ordenación urbana del municipio de murcia de los años 1978 y 2001 no paralizaron estas construcciones sino que intentaron adaptarse a ellas.

Por eso, consideran que el futuro de la planificación urbanística pasa por compatibilizar los usos que tiene este peculiar paisaje: El agrario y el urbano. «Pero antes es imprescindible pensar en el modelo que se quiere para la huerta para los próximos 30 años y en ordenarla, ya que actualmente es muy caótica».