Pasó el verano y llegó el otoño «en una decadencia de hermosura», que diría Juan Ramón Jiménez, sin que nada haya cambiado en la Glorieta. El epicentro del Gobierno local y la oposición han seguido hacia adelante, cada uno con sus alforjas y sus mochilas (más pesadas para unos que para otros, todo hay que decirlo), con la convicción de que los papeles asumidos son los correctos. En ese contexto, empezó el curso político como terminó: con la gran novedad de que el alcalde de Murcia, José Ballesta, ha logrado irritar a los grupos a los que se enfrenta tanto como lo hizo la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con sus adversarios. Y por el mismo motivo. Ballesta se sacó de la chistera un informe del secretario del Ayuntamiento, en el que informaba a los portavoces de los grupos que no tenía obligación de cumplir las mociones que no aprobaba el PP. Idéntico argumento utilizó antes la regidora catalana, convirtiéndose la primera autoridad murciana en un seguidor, en este sentido de mociones de Colau.

Todos los grupos, hasta los más cercanos a la ideología del partido que sustenta a la catalana, como Ahora Murcia, pusieron el grito en el cielo, pero de momento no han tomado medida alguna para rebatir las tesis del alcalde y el secretario. Cambiemos sigue esperando su propio informe jurídico y el PSOE y Ciudadanos parece que han pasado página, aunque con la sensación de que la refriega no ha terminado. Ninguno se ha dado por aludido y todos siguen presentando mociones como posesos, haciendo unos plenos eternos y plúmbeos con asuntos que, a veces, no interesan al común de los mortales. El pleno del Debate del Estado del Municipio tampoco ha traído ninguna novedad interesante. El guión ya estaba escrito de antemano y se intuía que a Ballesta lo tacharían de propagandista.

No salió a colación la expresión que tanto le gusta a José Ignacio Gras emplear, la de «alcalde anuncio», y lejos de decepcionar, el portavoz socialista sorprendió a propios y extraños. Dijo que todos deberían pedir perdón por la corrupción. Una invitación delicada teniendo en cuenta que durante la semana ya pasada se sentaron en el banquillo populares que han protagonizado portadas de rotativos en los últimos años. Ese deseo del socialista no sentó nada bien a algunos de sus compañeros de bancada ni de grupo, al considerar que siempre acaban pidiendo perdón los mismos sin que los protagonistas del momento hagan lo propio. Por nadie pase.

Chirijotas

El concejal ‘número 7’ del PSOE abandona el grupo. Se despidió el viernes de los periodistas, que alabaron su trabajo al frente, entre otras cosas, de las relaciones con la canallesca. Por cuestiones laborales debe volver a su antiguo trabajo en la Comunidad Autónoma, una ausencia en el grupo municipal socialista que se notará bastante. Pedro J. Navarro no solo era la mano derecha del portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, José Ignacio Gras. También tenía un marcado perfil político, que lo convertía en el concejal número siete del PSOE. En su grupo lo echarán de menos, sin duda. Desde estas líneas le deseamos lo mejor.

Cambios en Cambiemos Murcia. No es un trabalenguas. A Cambiemos Murcia se le ha ido una periodista y en su puesto ha fichado a John David Babyack Hernández, que aumentará la potencia de esta formación de oposición. Además, se ha liberado al completo el concejal Sergio Ramos mientras que la edil Margarita Guerrero cobrará por plenos.