La Policía Nacional ha detenido en Valladolid y en Murcia a dos presuntos yihadistas marroquíes. El de Valladolid trató de entrar en Siria e iba a volver a intentarlo con la idea de retornar preparado para cometer atentados en Europa, mientras que el de Murcia, residente en el barrio de Barriomar, en la capital de la Región, se encargaba de prestarle la cobertura necesaria.

Vecinos de la calle Lo Pagán, en Barriomar, mostraban esta mañana su deseo de que su zona esté "más vigilada", después del arresto de madrugada de un hombre sospechoso de vínculos con la Yihad.

El hombre residía con más personas, de raza negra, en el número 12 de la citada calle, una casa en bajo.

"Algunos trabajan en los campos y todo eso. Ellos no se meten con nadie, están ahí a lo suyo. Ahí viven muchos. No daban problemas, no se metían con nadie. Yo a algunos los saludaba y ellos también", contaba Ana Moreno, vecina de al lado de la vivienda.

La mujer recordaba la actuación policial. "Anda, menudo susto nos hemos pegado. No se meten con nadie", y apuntaba que esta misma mañana otros residentes en la casa "han pedido un martillo para arreglar la cerradura y ya la han arreglado".

"El Señor me ha ayudado mucho y ha permitido que anoche me fuera a dormir a casa de mi hija. Sí llego a estar aquí, me habrían tenido que ingresar", aseguraba Rosario Hernández, otra vecina de la calle.

A su juicio, en el barrio "tenía que haber más vigilancia, de ver las personas que viven, que entran y salen". "Qué nos vamos a sentir seguros. Si no me llego a ir a dormir a casa de mi hija, yo soy una persona que padece de una depresión y no sé donde estaría ahora. Aquí no hay quién viva, como dicen", espetó la señora.

De las personas que viven en el número 12, todos los vecinos relataron que "por la noche se salen a la baldosa, se fuman algún cigarro, pero no dan jaleo".

Teresa, que vive puerta con puerta con el ahora detenido, apuntaba que "a las cuatro de la mañana no atinaba a coger un Orfidal pa tomármelo". "He oído mucho jaleo. Estaba acostada y me he despertado con los gritos. A las cuatro y veinte he pegado un salto de la cama. Muchos gritos y 'tírate al suelo, ponte bocabajo', que eso era la Policía", resaltaba.

"Yo he pensado que habían robado algo. Estos muchachos no hacen daño ninguno, no llamaban la atención", insistió Teresa.

Otro vecino, Manuel, detalló que la operación arrancó sobre las cuatro de la madrugada y concluyó sobre las siete de la mañana. Añadió que el sospechoso llevaba poco tiempo viviendo en el barrio, que se metió a vivir en el domicilio donde ya residían "unos chicos de color".

Tanto el detenido en Murcia como el de Valladolid compartían ideales yihadistas, lo que les llevaba a protegerse mutuamente manteniendo una perfecta unión entre ellos basada en la comunión y aceptación de la doctrina de DAESH y en el secretismo de sus actividades.

Tras un intento frustrado de unirse a las filas de DAESH al ser detenido por la Policía turca en la frontera con Siria, el detenido en Valladolid persistía en su idea de volver a hacerlo en el plazo más corto posible con la firme y única intención de integrarse como combatiente en las filas de la organización terrorista.

Su ayudante, el detenido en Murcia, colaboró con los preparativos del viaje frustrado, tuteló su retorno y actuó como protector frente a las posibles injerencias externas a su círculo de confianza.

El primero se radicalizó por su cuenta a través de internet accediendo a los contenidos propagandísticos e ideológicos que DAESH difunde a través de su potente aparato de publicidad y comunicación, fórmula que le está siendo muy eficaz para adoctrinar y captar a candidatos por todo el mundo, informa el Ministerio del Interior.

Como pretendía DAESH el detenido interiorizó y se comprometió con el ideario terrorista pasando por las fases de adoctrinamiento y captación, todo ello con el único fin de su conversión y fidelidad a la organización.

Una vez finalizada esta fase, en la que su compromiso estaba totalmente garantizado, accedió al siguiente estadio, que era su total y plena integración en DAESH.

Es en este periodo en el que con la ayuda del otro detenido decidió realizar los preparativos para en secreto trasladase hasta la frontera de Siria, donde iba a contactar con un miembro de DAESH que lo trasladaría a la zona de conflicto.

Una vez en el destino sería reubicado en alguna de las áreas de combate de la organización terrorista o se sometería a un intenso entrenamiento de manejo de armas y explosivos con el propósito de hacerlo retornar a Europa lo suficientemente instruido para cometer acciones terroristas de la forma más efectiva.

Emprendió el viaje pero la Policía de Turquía lo detuvo en la frontera con Siria frustrando su plan de ser uno más de los combatientes de DAESH y una vez en libertad volvió a España.

Contactó con el otro detenido, que tuteló su retorno y actuó como protector frente a las posibles injerencias externas a su círculo de confianza.

Esta operación, que continua abierta, se enmarca en la lucha continuada que viene desarrollando la Policía Nacional contra yihadistas radicales asentados en España.

El operativo se ha desarrollado bajo la dirección y supervisión del Juzgado Central de Instrucción número 6 y coordinado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.