Existe la llamada «tercera dimensión de la universidad» y no es otra que la transferencia de tecnología y conocimiento, es decir, del papel de la universidad como agente de desarrollo económico y social del entorno en que se ubica, contribuyendo de este modo a la mejora de la capacidad de innovación del territorio y de la competitividad de su tejido productivo. Esto se materializa a través de contratos, sin duda, «el instrumento más importante con el que cuentan las universidades a la hora de transferir conocimiento a las empresas y la sociedad en general», tal y como aseguran desde la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI).

Valga como dato que atestigua esta afirmación que durante el pasado año, la UMU facturó más de 3,5 millones de euros por este concepto, correspondiente a un total de 416 contratos diferentes.

Esta función complementa y profundiza las tradicionales misiones de la universidad: la transmisión de conocimiento, con la consiguiente formación de titulados superiores y futuros profesionales; y la investigación, ámbito en el que la universidad española ha experimentado un importante progreso en los últimos años, tanto en cantidad como en calidad, según explican fuentes de la OTRI.

La función de transferencia conlleva un acuerdo entre las partes y presupone un pago y, por tanto, «la comercialización del conocimiento». Uno de los mecanismos utilizados por las universidades para llevar a cabo dicha transferencia es la celebración de contratos, que otorga al profesorado universitario la potestad de celebrar contratos con personas, universidades o entidades públicas o privadas para la realización de trabajos de carácter científico, técnico o artístico, así como para el desarrollo de enseñanzas de especialización o actividades específicas de formación.

Mediante los contratos, los investigadores contribuyen a que los conocimientos generados en la universidad con fondos públicos se conviertan en beneficios socioeconómicos, transformándolos en nuevos productos o servicios. En este punto, la OTRI juega un papel fundamental en este proceso, ya que es la encargada de identificar y promocionar los resultados de investigación susceptibles de aprovechamiento por parte del tejido productivo, así como de canalizar hacia los grupos de investigación apropiados las demandas que las empresas hacen llegar a la UMU en búsqueda de soluciones a determinados problemas y que tienen respuesta desde la investigación y el desarrollo experimental. Los contratos en el ámbito de la UMU tienen diferentes tipologías, dependiendo de las características del trabajo a realizar, tal y como explican dichas fuentes.

Así, encontramos contratos de Investigación y Desarrollo; de asesoramiento científico-técnico; de servicios y consultoría; de actividades específicas de formación o enseñanzas de especialización, etc. Los contratos que suscribe la UMU con las empresas pueden tener dos modalidades.

Por un lado, aquellos que se suscriben directamente a cambio de una contraprestación económica, y por otro lado está la investigación colaborativa realizada entre la universidad y la empresa, que se desarrolla en base a ayudas públicas y que propicia que la empresa explote el resultado de la investigación desarrollada en la universidad.

Algunas de estas convocatorias públicas de ayuda se orientan y fomentan la subcontratación de las universidades por parte de las empresas, mientras que en otros casos establecen la posibilidad de que empresas y universidades sean socias en la realización de un proyecto conjunto, en el que ambas aportan conocimientos y recursos propios, y comparten objetivos, riesgos, beneficios y la titularidad de los resultados, tal y como explican desde la OTRI.

Drones y Visión Artificial para la industria agroalimentaria

Esta colaboración con la empresa de San Javier ´AngelPlus´ se basó en la aplicación de técnicas de procesamiento de imágenes desarrolladas desde la propia UMU a fotografías completas de un conjunto de parcelas agrícolas realizadas desde drones de bajo coste que incorporan cámaras RGB. Este análisis de las imágenes permite extraer información relevante para los responsables de explotaciones agrícolas basados en la obtención de diversas métricas relativas al volumen, forma y color. Facilita poder realizar un seguimiento del crecimiento de la planta y aporta información sobre el número de unidades y el volumen de producción, de manera que se simplifican enormemente las tareas de seguimiento agrícola al permitir el control de la recolección y estimar de manera más precisa los tiempos de maduración y momentos óptimos de corte.

Bebidas vegetales con bajo impacto glucémico

Investigadores del departamento de Tecnología de los Alimentos de la UMU desarrollaron para la empresa murciana AMC una nueva gama de zumos y bebidas vegetales (smoothies, néctares y bebidas de frutas) más saludables, al haber logrado reducir su contenido de azúcares y los picos de glucosa sanguínea en los consumidores (bajo impacto glucémico). Estas bebidas mantienen o superan los contenidos de vitaminas, fibra alimentaria y fitoquímicos antioxidantes respecto a las frutas y verduras naturales utilizadas como materias primas.

Nuevas estrategias de tinción del cabello

Un trabajo desarrollado para la empresa murciana ´Tahe Productos Cosméticos S.L.´ dio como resultado el desarrollo de un nuevo protocolo que facilita el teñido del cabello mediante procedimientos químicos no perjudiciales para la salud del mismo. Esto ha dado lugar un nuevo proceso de modificación química del pelo a través del cual se cambian sus cualidades al tiempo que no se deteriora, sino al contrario, se le fortalece, lo cual se logra gracias a que los compuestos químicos capaces de modificar sus características (alisamiento, volumen, etc.) se quedan de manera permanente en su superficie externa, sin penetrar y sin romper la estructura interna del cabello.

Pinturas que repelen la suciedad

La Universidad de Murcia consiguió desarrollar para la empresa granadina de pinturas ´Rugoplast´ un nano-recubrimiento que incorporado a través de la pintura en diferentes superficies es capaz de repeler una amplísima gama de líquidos, ya que estos rebotan en la superficie tratada, que permanece completamente seca. Estos recubrimientos pueden dar lugar a pinturas muy avanzadas, que reciben el nombre de ´superomnifóbicas´ y que tienen multitud de posibles aplicaciones, que van desde objetos que no se ensucian, a la protección de piedras del patrimonio histórico o la consecución de superficies anti-grafiti, entre otras.