Los derechos y los deberes de los estudiantes no se van de vacaciones. Desde la Federación Murciana de Asociaciones de Estudiantes, FEMAE, renuevan equipo y acuerdan nuevos objetivos para una nueva etapa de representación y voz del estudiantado. La meta, conseguir que el alumnado tenga un papel protagonista, que posea una visión crítica y que se sienta respaldado ante la vulneración de sus derechos y casos de acoso escolar, de los que él mismo ha sido «víctima», como reconoce. El apoyo a los menores LGTBI (Lesbianas, Gays, personas Transgénero y Bisexuales), el fomento de una educación emocional y los grupos de ayuda directa en institutos son algunas de sus estrategias clave.

Miguel García Lajarín es un joven procedente de la pedanía de Balsicas (Torre Pacheco), que desde sus años de instituto en el IES Sabina Mora tuvo claro la necesidad de un alumnado con un papel protagonista en la defensa y en la protección de sus derechos como estudiantes y como personas. Confiesa haber sido "víctima"-y denunciante- de acoso escolar, algo que le ha marcado a la hora de determinar sus políticas como representante estudiantil. Actualmente cursa el Grado en Periodismo en la UMU y se declara un apasionado de este mundo. Reconoce que le gustaría trabajar en una redacción o en un gabinete de comunicación en una organización. De momento, da voz junto con el resto de su equipo a todos aquellos estudiantes que ven silenciados sus derechos. Ahora, con un nuevo cargo a sus espaldas, se muestra seguro y con ganas de liderar esta nueva etapa. L.M. T.

Además del relevo en la presidencia de la Federación, se ha producido una ampliación de la junta directiva, ¿a qué se debe este cambio?

Queremos crecer más y aumentar nuestra influencia y nuestras actividades. Hemos pasado de una junta de cuatro a ocho personas para estar más pendientes de las asociaciones de estudiantes y para poder seguir con el ritmo que estamos llevando. Ahora tenemos una Junta más fuerte, más grande y capaz de atender a todas las asociaciones y hacer más actividades.

Han formado un nuevo equipo, ¿qué proyectos tienen fijados para esta nueva etapa?

Por una parte, mejorar la comunicación. Tenemos que recuperar la página web para que todos los estudiantes que haya en Murcia puedan saber cómo se crea una asociación. Incluso que haya un asesoramiento ante la falta del Estatuto de Estudiantes. Que puedan saber cómo funciona una junta de delegados, cómo funciona el consejo escolar, para qué sirve, etc. Cuando voy a los institutos a dar talleres de participación y pregunto cuáles son las funciones del delegado de clase, te suelen contestar que son los que van a por tiza o por fotocopias. Y no. Son las personas que llevan tu voz y dicen lo que pasa en tu clase en la Junta de Delegados.

En la modificación de la junta directiva el pasado 25 de junio entraron a formar parte de la Federación nuevas asociaciones, ¿con qué asociaciones cuentan ahora mismo?

En total FEMAE tiene unas 40 asociaciones, de las cuales la mitad están activas y participan en nuestras actividades. En la última asamblea entraron cuatro más y en estos momentos estamos trabajando con otras asociaciones en proceso de entrar a la FEMAE.

¿Qué actividades desarrollan durante el actual período de vacaciones?

Queremos organizar un encuentro regional con todas las asociaciones así como una jornada de puertas abiertas. También queremos reunirnos con la consejera de Educación. Como decimos desde las asociaciones, los derechos y los deberes de los estudiantes no se van de vacaciones.

¿Cuál es su concepto sobre cómo mejorar la educación?

Para mejorar la educación tenemos que conseguir que los estudiantes pasen a ser sujetos activos que decidan y aporten ideas. Habría que introducir nuevas asignaturas como educación emocional. La falta de este tipo de educación en los centros hace que al final haya un número tan alto de acoso escolar. Una especie de Educación para la Ciudadanía pero real, que fomente la participación, la conciencia crítica y que muestre las formas de participar en el centro.

¿Cuáles son las situaciones en las que más detectan la indefensión del alumnado?

En el tema del acoso escolar los estudiantes no están recibiendo una ayuda real y eficaz. Que los años de formación se conviertan en años de acoso es una de las cosas más preocupantes. Muchas veces los profesores no saben con qué protocolos actuar en casos de acoso escolar. Además, está el problema de la falta de personal de orientación en los centros. En estos momentos te encuentras entre uno y dos orientadores por instituto y defendemos que haya un orientador por cada 250 estudiantes.

¿Qué actuaciones proponen contra el acoso escolar en general y hacia el colectivo LGTBI?

Estamos preparando una estrategia para que los institutos se conviertan en grupos de ayuda de forma directa a las víctimas. Estamos diseñando una asociación de estudiantes que se convierta en un grupo de personas que van a esas víctimas, las acompañen. Un compañero con el que pasar los recreos y que te preste apoyo psicológico. Unir apoyo psicológico y unir gente de tu edad es una estrategia que puede reducir a mínimos el acoso escolar. Por otro lado estamos intentando que para septiembre exista ya un protocolo para estudiantes transexuales para que no se les intente negar su personalidad y se les deje de enviar a los baños y vestuarios de discapacitados. Solo faltaría que además de sufrir acoso escolar también tengas que sufrir porque no se te reconoce tu propia personalidad.