El Tribunal Superior de Justicia de la Región ha desestimado el recurso que una carnicera afectada por un cáncer presentó contra la sentencia que respaldó la decisión de que no estaba afectada por incapacidad alguna porque su salud había mejorado.

La sentencia indica que el Juzgado al que correspondió el asunto en primera instancia declaró probado que la demandante fue declarada inicialmente en situación de incapacidad permanente para su trabajo habitual por resolución del Instituto Nacional de la Seguridad Social en enero de 2012.

Esa decisión fue adoptada al padecer un cáncer de mama que había exigido incluso un tratamiento de quimioterapia.

Once meses después se inició un proceso de revisión, y el INSS le retiró la incapacidad al apreciar que su salud había mejorado y que no existía incapacidad en ninguno de sus grados, decisión administrativa que fue respaldada por el Juzgado de lo Social.

Ahora, la Sala de lo Social, al confirmar la sentencia, dice que lo hace porque «no se acredita, por el momento, que las secuelas que padece le impidan el desempeño de las actividades laborales propias de su trabajo habitual, pues o existen repercusiones funcionales objetivadas que impidan el ejercicio de su profesión».